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Algunas fotografías son el mejor argumento a la hora de señalar carencias que como poco deberían de sacarnos los colores. Aquí «mucho te quiero perrito pero pan poquito». Mucho hablar de la equiparación entre hombres y mujeres a la hora de homologar salarios, y también de equiparar los puestos de gestión entre sexos, cosa que está lejos de suceder. Miren si no la fotografía que publica «El País», contraportada, lunes 26 de agosto 2019: la llamada foto de familia de los líderes del G7, invitados por Macron a la cena de la cumbre que tuvo lugar el 25 de agosto en Biarritz, veintitrés hombres y una sola mujer, la Sra. Angela Merkel. Si eso es igualdad baje Dios y lo vea. Para quien quiera saberlo, esta fotografía del G7 es la demostración de lo lejos que aún está la mujer en su equiparación de estatus político con el hombre.

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Decía hace un tiempo atrás la directora de un gran banco, que ella en su equipo de dirección ha elegido a hombres. No se me alcanza comprender cómo incluso la misma mujer discrimina a su propio sexo, lo que no debería de ninguna manera de ser así. Es verdad que hoy vas a un hospital y es fácil encontrar más doctoras que doctores, incluso en ese apartado diríamos acaso más complejo de la cirugía. En lo personal diré que mis últimas cuatro intervenciones quirúrgicas me las ha realizado una cirujana. Sin embargo en el caso de la política es el hombre el que acapara los llamados puestos de responsabilidad.

Para mí tengo, que en la mayoría de las facetas de la vida, la mujer está preparada para demostrar su valía pero no la dejan. La fotografía del G7 simplemente causa sonrojo.