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El Govern tiene que ralentizar la vacunación en Balears porque no hay suficientes dosis: la próxima semana no recibe los viales de Pfizer y Moderna retrasa sus envíos. El secretario de Salut Pública de la Generalitat de Catalunya, Josep Maria Argimon, alertó ayer de la escasez de vacunas y denunció que «10.000 personas que recibieron la primera dosis no recibirán ahora la segunda». Y la Comunidad de Madrid suspende, esta semana y la siguiente, la vacunación de primeras dosis por la «carencia» y los «recortes» de vacunas que sufre la región. El vicepresidente Ignacio Aguado califica de «imposible» contar en junio con el 70 por ciento de ciudadanos inmunizados, objetivo que no se alcanzará hasta 2023.

Y mientras aumenta la tensión entre AstraZeneca y la Unión Europea por el retraso en el suministro -la farmacéutica ha anunciado una reducción del 60 por ciento de las dosis para este primer trimestre-, escribe la periodista menorquina Susana Quadrado en «La Vanguardia» que «la Comisión Europea haya decidido dar un golpe sobre la mesa y enseñar los dientes, más que un gesto de autoridad, es una muestra de desesperación». No hay nada peor que crear falsas expectativas para obtener titulares al día siguiente, pero que después se convierten en flagrantes incumplimientos. Balears no tendrá el 65 por ciento de la población vacunada en verano, como dijo el director del IB-Salut, Juli Fuster, el 26 de diciembre; ni el 70 por ciento de los españoles estarán vacunados al final del verano, como aseveró Pedro Sánchez el 19 de enero.

No se cumplen ni los cálculos de llegada de los viales necesarios ni los calendarios de vacunación con un plan para comprar dosis a bajo coste que es una ingenuidad y retrasa la recuperación social y la reactivación económica. Luego hay quienes se han puesto muy nerviosos con el contador que ha empezado a publicar MENORCA «Es Diari» para informar sobre el ritmo de la vacunación en la Isla.