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He visto que la gente en general, incluso los oradores más avezados, repite a menudo unos clichés que se ponen de moda. Por ejemplo estas dos palabritas: «Dit això» (Dicho esto). Para exponer los pros y los contras de un tema, se suele soltar la parrafada a favor o en contra y después: «Dicho esto» y se suele exponer lo contrario. Por ejemplo: «Los jóvenes que han venido a celebrar las notas de final de curso a nuestras islas han dejado cientos de contagios. Ha sido necesario poner en cuarentena a miles de ellos, lo que ha originado protestas, incluso denuncias de algunos padres, y quejas pintorescas del tipo ‘mi papá tiene un jet y no le dejan venir a buscarme’. En Ciutadella, donde se suprimieron las fiestas de Sant Joan por prudencia, las calles estaban abarrotadas de teenagers, adolescentes o veinteañeros con ganas de juerga, botellón, sin mascarilla, etc. El Pla de Sant Joan estaba a tope hasta la madrugada. Solo faltaban los caballos, que para más inri no suelen coger el Coronavirus, al menos de momento. Lo malo es que los jóvenes de ahora pueden habernos arruinado el verano, porque los turistas podrían abstenerse de venir por miedo al contagio. ‘Dicho esto’, hay que tener en cuenta que los tiempos son difíciles y no estamos para desperdiciar clientes después de tanto tiempo sin visitantes».

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Otro cliché más o menos de moda es representar las comillas moviendo el dedo índice y el medio de cada mano como si estuviéramos rascando la espalda de dos gemelos al mismo tiempo. Siguiendo el ejemplo anterior, el orador podría añadir: «Algo es algo» y (deditos) «menos da una piedra» (deditos). A mí me resulta curioso y hasta divertido ver esta clase de mímica. Antes, lo que se ponía de moda eran las palabritas, pero ahora ya se acompañan de gestos. Es como poner imágenes al discurso. Resulta claro que estamos en la era de la supremacía de la imagen sobre la palabra. Y de la pérdida de vocabulario, porque decimos «mogollón» y «montón» en lugar de mucho. «Había mogollón de gente en el puerto». «He visto un montón de borrachos» (como si los fueran amontonando en un rincón hasta que se les pasaba la curda). Fíjense que el limitado diccionario del programa Word me da numeroso, cuantioso, considerable, incontable, grande, profuso, innúmero, inconmensurable, como sinónimos de «mucho» y no habla para nada de «montón». Curiosamente, para «mogollón» da holgazán, vago, perezoso, ocioso, gorrón, vividor, sablista, y en ningún momento habla de «mucho».