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Venimos de un mundo y vamos hacia otro. Eso también les pasó a nuestros padres y abuelos. El presidente del Cercle d’Economia de Menorca, Francesc Tutzó, habla del fin de una era. Efectivamente, nada es lo que era. El mundo del que venimos nosotros, con sus luces y sombras, sus pros y contras, sus desgracias y celebraciones, ha sido un tiempo de reconstrucción después de guerras civiles y mundiales que lo habían devastado todo. Europa ha sido una realidad de paz, crecimiento, democracia y cultura con un estado de bienestar y de seguridad social que cada vez se tambalea más. Vamos perdiendo gas…

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Todo eso era antes de que cayesen las torres gemelas (otro 11 de septiembre) y sufriéramos la crisis económica del 2008. Antes del terrorismo islamista que volaba trenes y masacraba en Las Ramblas. Antes de que prendiese el sueño de la Cataluña una, gran i lliure. Antes de que una pandemia dejase al mundo paralizado y con las calles desiertas. Antes de que Rusia invadiese Ucrania. Antes de que los independentistas y los comunistas formasen parte del gobierno de España gracias a votos a cambio de concesiones.

El mundo que nos espera será un mundo nuevo, lleno de novedades y sorpresas, con sus problemas y oportunidades, donde seguirán coexistiendo lo bueno y lo malo, la estupidez y la inteligencia, la fealdad y la belleza, la opresión bajo formas diversas y la lucha por la libertad. Como pasó con nuestros padres y abuelos.