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«A pair of trousers» nos decían cuando aprendíamos inglés normativo. Y traducíamos por «unos pantalones». Sin embargo, la influencia del castellano en América es tan grande que la mitad de la ciudad de Nueva York está constituida por hispanos, y la lengua que se habla en Sudamérica se ha infiltrado hasta conseguir que el pair of trousers se transforme en «pants», de donde también viene «panties», diminutivo, que aquí se escribe, simplemente, «pantis». Ahora ha surgido la noticia de que en una mina de plata abandonada el youtuber Brent Underwood encontró varios pantalones -pants- Levi’s de más de cien años de antigüedad. (Por cierto que aunque nosotros solemos decir «levis» la pronunciación americana de los pantalones de Levi Strauss es «livais»). Brent Underwood compró un pueblo fantasma en California, donde vive y donde explora la susodicha mina de plata abandonada, situada en el complejo minero de Cerro Gordo. Es sabido que los primeros jeans, vaqueros o tejanos -como se les quiera llamar- fueron confeccionados con tela muy resistente para que pudieran ser usados por los mineros. Los pantalones encontrados en la mina pueden tener más de cien años de antigüedad. El descubrimiento no es único. Otros pantalones Levi’s encontrados hace cinco años en una mina de oro abandonada por Michael Harris fueron vendidos recientemente en subasta por 89.000 dólares.

Levi Strauss era un inmigrante bávaro que llegó a San Francisco durante la fiebre del oro, vio que los mineros necesitaban pantalones resistentes y contrató a un sastre para hacerlos con la tela de las tiendas de campaña. Luego sustituyó la tela por denim, y diseñó los pantalones tal y como hoy todavía los conocemos, lo cual se echa de ver en los vaqueros encontrados en las antiguas minas. («Denim» se traduce por «mezclilla», un tejido de algodón cuyos hilos han sido entrelazados en diagonal de manera que constituyan una estructura robusta y resistente). Es posible que sin ser consciente de ello Levi Strauss hubiera creado la prenda de más éxito de la historia reciente, puesto que llegarían a llevarla hombres y mujeres, obreros y ejecutivos, modelos, reyes y pordioseros. Uno se pregunta por qué añadió Levi Strauss ese bolsillito situado a la derecha, como un pequeño parche sobre el bolsillo grande, en el que a lo mejor se pueden poner las monedas, pero que era para guardar los relojes de bolsillo habituales en los años setenta (1870s). De haberse creado ahora serían más grandes para poner el móvil.