TW

Pues ya pasó la moción.Y Tamames les dio una clase magistral    de lucidez, moderación y sabiduría política. Y de economía y sentido común. Y de sarcasmo e ironía, las dos características de un hombre inteligente no asediado por el fanatismo ideológico.Y no será extraño que pronto se vea como su derrota parlamentaria, ya sabida de antemano, se torne en positiva para Vox por demostrar ser el único partido del arco parlamentario que quiere expulsar al sanchismo del poder cuanto antes. A diferencia de otros que solo usan palabrería pero a la hora de la verdad se van de tardeo a la embajada de Suecia o se reúnen a tomar té con Von der Leyen mientras transcurre la sesión parlamentaria más importante en su país como lo es el intento de desalojar a quien tanto lo daña.

Una ya esperada intoxicación de ‘análisis’ interesados intenta rebajar la importancia de lo escuchado en el Congreso y minimizar su influencia política. Pero digan lo que digan lo incuestionable es que la moción fue seguida en televisión por picos de hasta 12 millones de personas, unas cuotas de pantalla altísimos. Ello demuestra que acaparó el interés de muchísimos votantes. Para toda esa gente la sesión no era una tontería ni un show ni un teatrillo. Sánchez es rechazado por millones de españoles y así se demostró.

El tono de las intervenciones de Abascal fue moderado y equilibrado. Tamames, ese que decían chocheaba «dio una lección espectacular de sensatez, de preparación, de respeto al Parlamento, de capacidad de análisis, de rapidez de reflejos para replicar a los tópicos, de deportividad para aguantar insultos y, lo más importante, de patriotismo» (Esperanza Aguirre en «The Objetive»).

Cuando la cosa repose y madure se verá la sesión de modo distinto porque se diluirán las conclusiones pretendidas y sobresaldrán las certezas de unas críticas ajustadas a la realidad. Sánchez se alineó con los Castro, Maduro... endosándonos unas interminables intervenciones cual líder populista sudamericano que intenta convencer agotando al personal. La respuesta de Tamames fue breve, inmediata y antológica dejando a Sánchez como un tío plasta: «El Presidente - recalcó - ha terminado su primera intervención que ha durado una hora y cuarenta y cinco minutos... (risas en el hemisferio). Parece que tenemos todo el tiempo del mundo... (más risas)... en ese tiempo Asimov explicó no solo la historia de la República Romana sino también la de todo el Imperio Romano» (risas y aplausos)...» ¿Por qué tenemos que hablar tanto... y por qué tenemos que oír opiniones que    no hemos pedido?

Y luego se nos apareció la ‘Inmaculada empalagosa’ revestida de blanco nieve, una comunista teñida de rubio y tapada por Prada y con destellos de oro. Una demagoga cursi, que se atrevió a dar lecciones de economía al profesor, y que nos endosó otro rollo de una hora y cinco minutos pero no para responder a Tamames sino para, transmutada ya en vendedora ambulante, ofertarnos su proyecto para finiquitar a Podemos. Ya verán como al final acabará en las listas del PSOE. No sería nada extraño. Tamames, después de agradecerle las lecciones recibidas, sepultó a quien es aún ministra de Trabajo de España desde hace casi 4 años, con dos datos concretos: «El Gobierno de España es el único que demoniza a los empresarios. Ningún otro país    europeo ataca a quienes crean riqueza, trabajo y aportan financiación para las bases del estado del bienestar». Y luego vino a preguntarse ¿Pero qué pasa aquí? ¿Por qué todos los inmigrantes sudamericanos y marroquíes que llegan a nuestro país encuentran trabajo al día siguiente de su llegada y sin embargo se asume como si nada y con toda naturalidad que haya en España un paro estable de tres millones y medio de personas? Sin contar con los parados discontinuos disfrazados de fijos discontinuos. Era curioso ver a la ministra, rubia aún y silente ocasional, parecer murmurar rezos al ‘papa populista’ para que la ayudara a salir de aquel embrollo. Los más finos observadores notaron que su moño se había descompuesto de repente. Y es que la verdad es tozuda: en toda la legislatura no ha sido capaz de bajar el número de parados, solo disfrazarlos. Una auténtica fantasma.

En otra de sus luminosas respuestas Tamames identificó el comienzo de la Guerra Civil, propuso cambios en la ley electoral para democratizar la igualdad del voto y afirmó que la clase política que gobierna vive en otro mundo distinto al del ciudadano normal. Y lo hace porque se cree que todo lo hace muy bien pero cuando salen a la calle son abucheados por el mismo pueblo. Incluso Sánchez, después de hacerle esperar maleducadamente,    tuvo que parapetarse detrás del    mismísimo Rey para evitar que las protestas se desbordaran.

Noticias relacionadas

Con respecto al pobre Patxi, el lacayo de Sánchez en el Congreso (según los malvados ¿podría ser uno de los 15 diputados socialistas que cenaron en el Ramsés del Tito Berni?) que usó un tono extremista, desaforado y excitado, fue contestado tranquila y amablemente por Tamames: «Se excita Ud. demasiado, no me ponga en el brete de tener que acompañarle a por una cápsula de cafinitrina...» (un tranquilizante vascular).

A las feministas les recordó que Isabel la Católica, cuya imagen preside el Congreso de los Diputados, fue la mujer más poderosa del mundo en su época y que después de tantas leyes para supuestamente proteger a las mujeres, ahora es cuando hay más violaciones que nunca. Como decimos en Menorca: Sa merda com més la remenes, més put». Y así fue toda la moción. Una lección continuada de sabiduría, de ironía y de inteligencia por parte de un Tamames que no necesita cafinitrina y que solo pretendía acercar el final de Sánchez. Por un momento el nivel de la Transición regresó a un Congreso relleno ahora de incapaces, maleducados e ignorantes. Yo me lo pasé chupi.

2 Notas:

1- Por cierto, Tamames tenía que haber estado en Mahón el pasado día 23. La moción lo impidió.

2- Aumentan las posibilidades para Mateu Aínsa, candidato del PP al Ayto. de Mahón.

3- El ridículo informe sobre los pagos fraccionados del IME son un insulto a todos los menorquines.

4- ¿Cuándo dimitirá?