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En las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo Balears viró a la derecha con un nuevo escenario político marcado por el azul intenso del Partido Popular, en el que también aparece el color verde de Vox.

Las negociaciones entre ambas formaciones para la investidura de Marga Prohens como nueva presidenta del Govern han desembocado en un pacto más amplio, que incluye a otras instituciones, concretamente los Consells de Menorca y de Mallorca. Prohens logra el objetivo que se había marcado desde el primer día: un Govern integrado por consellers únicamente del PP, con personas de su plena confianza -donde habrá presencia menorquina- y que no le nombren sus consellers desde otros partidos.

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El PP y Vox anunciaron ayer el acuerdo para investir a Marga Prohens, que gobernará en minoría. Al mismo tiempo, Vox renuncia a desempeñar conselleries en el nuevo Ejecutivo autonómico a cambio de pactar cien medidas programáticas «para lograr el fin de las políticas socialistas y separatistas en las Islas aplicadas por el anterior Govern» y un cambio en Balears que «atienda prioritariamente la falta de libertad lingüística, el acceso a la vivienda, la bajada de impuestos, el apoyo a la familia y la lucha contra la inmigración ilegal».

El pacto PP-Vox se extiende a Menorca al incluir que la consellera de Vox, Maite de Medrano de Olives, votará a favor de la investidura de Dolfo Vilafranca como próximo presidente del Consell de Menorca y también formará parte del equipo de gobierno encabezado por el sucesor de Susana Mora.

Un cambio de guion de gran calado político en el que los Consells de Menorca y Mallorca han sido utilizados como moneda de cambio. Quedan aspectos nucleares por resolver, como el contenido y la aplicación efectiva del pacto en Menorca, la composición del próximo gobierno insular y las áreas que gestionará Maite de Medrano.