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No hay más que repasar la España Festiva de los últimos años y asombra las fiestas que a rebufo de cualquier nimiedad han ido poblando el calendario festivo del país. Fiestas, lo digo con todos los respetos, que parecen nacidas de la pura banalidad. Cuesta dios y ayuda para, abriendo los ojos, creerse que semejantes eventos los hayan creado personas adultas, más bien, inducen a creerse que han nacido por el empuje de una juventud ansiosa de días festivos, aunque vaya usted a saber qué profundos enigmas de la vida han permitido que la población adulta vuelva a disfrutar como niños, porque esas fiestas tienen toda la impronta de fiesta infantil.

Hoy, voy a tratar una de esas fiestas, aunque ya les quiero decir que en próximos artículos les contaré lo de esa otra festividad que mayormente consiste en tirarse vino los unos a los otros, o una de las más extravagantes que consiste en tirarse tomates, conocida como «la tomatina», hasta quedar los participantes como componentes de una salsa de tomate. Otra de esas fiestas curiosas, consiste en encerrarse en un recinto y liarse a tirar toda suerte de petardos. Incluso, hemos inventado un día festivo cuya munición consiste en tirarse harina hasta quedar como un manojito de chanquetes a punto de freír. Pero hoy con su permiso, voy a dedicar mis comentarios a esas fiestas tan inocentes conocidas como «fiestas del agua». Así tan cual, sin otros sacramentos que tirarse agua los unos a los otros, con manguera, con cubos, con regaderas, con vasos, cacerolas, botellas y hasta globos llenos de agua, y al tirarlos revientan dejando a la concurrencia calada hasta los huesos. Y si no, de cuando en cuando, desde un balcón una mente atrevida que vacía encima un cubo de agua, y ahí ya no queda vuelta de hoja, uno lleva empapado de agua hasta el apellido.

«Fiesta del agua», esta se celebra siempre el 15 de agosto como parte de las fiestas de la Mare de Déu dels Fadrins (Virgen de la Asunción). Donde tiene más predicamento en Torre de les Maçanes, Torremanzanas (Alicante). Se la conoce como «la banyà» (la bañada). Se utilizan 65.000 litros de agua que proporciona el Ayuntamiento, a la que hay que añadir la que arrojan los vecinos desde sus casas.
En Villagarcía de Arousa (Pontevedra), donde acude gente de toda Galicia y aun de más lejos. Esta fiesta surgió en 1984, cuando unos romeros que portaban la figura de San Roque, Patrón de la ciudad, pidieron agua para refrescarse, y los habitantes de Villagarcía comenzaron a tirar agua desde los balcones. Esta fiesta se celebra el día 16 de agosto, día que se honra y festeja a San Roque. Está declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. No me digan ustedes que la cosa no es una cosa cualquiera.

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En Molinaseca (León) de las fiestas del pueblo, la más destaca es la ‘fiesta de agua’, su origen data de 1954, cuando los invitados de una boda, abrieron las compuertas del río para refrescarse. Esta fiesta se celebra el día 14 de agosto.

Lanjarón (Granada), en la vecindad de La Alpujarra granadina, lugar conocido por el agua que embotella y exporta a todo el mundo. Celebran esta fiesta del agua la noche de San Juan (24 de junio), se la conoce como «la carrera del agua», en que los corredores recorren 1,5 kilómetros donde van tirando agua los unos a los otros, y a la mañana siguiente el pueblo invita a los asistentes al magnífico jamón de la zona. He tenido la suerte por comerlo alguna vez, aunque no por correr precisamente, por eso creo que estoy legitimado para afirmar que es un jamón excelente. Este año, debido a la gran afluencia de personas, se ha tenido que restringir la participación de la carrera del agua.

En Parla (Madrid), cuenta una leyenda que una mujer muda bebió mucha agua de una fuente, y como consecuencia comenzó a «parlar» (hablar). De ahí le viene a este pueblo de Madrid el nombre de Parla. Su fiesta del agua comenzó en el año1982, en que tiene lugar lo que sus gentes llaman «la batalla del agua». Que comienza entre la segunda y tercera semana de junio. Si bien en esta localidad, ocurrió un hecho luctuoso que tuvo su origen en la secular fiesta del agua por la falta de la misma que la gente de Parla padecía. En una manifestación para protestar por falta de agua, una pelota de goma disparada al parecer, según los testigos, a muy corta distancia por un antidisturbio, mató a un joven de 18 años prácticamente en el acto. No obstante, se celebra todos los años lo que la gente de Parla en vez de fiesta del agua llama la batalla del agua.