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Opinar es gratis; al menos a veces: según donde vivas o quien te gobierne, la cosa se puede torcer. Consideraré de momento que no corro peligro y opinaré: Hay diversas maneras de enfrentarse a la realidad. Una es negarla. Freud sabía mucho de eso. Otra es dejar que nos empape intentando disfrutarla (esta opción es poco viable cuando estamos jodidos, pero espectacularmente satisfactoria para despreocupados en general -no saben la suerte que tienen aquellos inasequibles a los variados formatos de desaliento).

Sin ánimo enciclopédico añadiré otra opción. Se trataría de hacerte una idea de lo que pasa a tu alrededor oteando desde diversas perspectivas, abriendo algunas ventanas y haciéndote preguntas con la idea de explorar si hay más de una solución (como en algunas ecuaciones).

No sé si por costumbre o por disfunción, tiendo a este último formato. Cada vez que apunto con la lupa sobre algo, cambia de color o de forma, de consistencia o tamaño… su membrana se difumina o amplía. Incluso su olor puede mutar.

Pondré ejemplos de preguntas que me hago a veces:

¿Pudiera ser que ni Trump ni Biden sean personas aceptables y sí en cambio malos presidentes que perpetraron y perpetrarán  actividades profundamente lesivas tanto para sus conciudadanos como (quizás sobretodo) para gran parte del mundo sobre el que toman decisiones y que no dispone de mecanismos eficaces para para mandarles al carajo?

¿Pudiera ser que si bien Putín es asaz canalla, paralelamente Europa haya conducido todo el asunto Ucraniano a la peligrosa manera que suelen hacerlo los estúpidos? (Cipolla subraya la extravagante estulticia de perjudicarse simultáneamente a sí mismo y a los demás)

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¿Es descabellado pensar que Netanyahu sea un tipo sin escrúpulos, capaz de matar niños, cooperantes y a quien haga falta, y esto no lo haga por motivos nobles; puede que a su vez, los dirigentes de Hamas no hayan valorado equilibradamente el precio que paga su pueblo y quizás abusen demasiado de su poder político/religioso a la hora de gobernar (lo que les dejan) y que incluso algo de dinero gotee entre las grietas?

¿Pudiera ser que, existiendo prácticas irregulares dentro del mercado libre (a veces en connivencia con la política) se generen situaciones injustas y muy lamentables que dejan sin vivienda a familias sin recursos, suceda también la absurda circunstancia de que tu madre, tras un ahorro fatigoso (posponiendo el placer en aras de la previsión) consiga comprar una segunda vivienda (inversión, pensando en su herencia, complemento de pensión, o lo que sea), se encuentre un día con que un okupa se ha hecho fuerte entre sus muros y necesite dos frustrantes años de su vida,    cargados de pérdida y humillación para que le ampare la «justicia» en orden de devolverle lo que es suyo?

¿Pudiera ser que dentro del estuche en el que la gente que -preveyendo no liarse- coloca las medidas «progresistas» encontremos algunas actuaciones que en Cuba no han producido los efectos deseados, mientras que en el cofre «Conservador», existan detalles implementados que han hecho bajar el precio de los vuelos o de algunos teléfono móviles?

¿Pudiera ser que mientras en tu ciudad haya un equipo de ediles honestos, comprometidos, buenas personas, salidos de diversos nichos ideológicos, ocurra que el buen uso que intentan dar a los recursos públicos de que disponen quede patéticamente diluido entre el inconmensurable despilfarro (voy a mencionar solo RTVE, corrupción o ciertas subvenciones, por ahorrar espacio) que hacen sus «superiores» en el partido? ¿nada que decir al respecto estos políticos honestos si proviene de los suyos? ¿Algún periodista de prestigio, cuando acabe de recoger las monedas que ha arrojado el padrino en el bautizo, desearía vaciar el tintero objetiva y sinceramente?

Sería tan gratificante poder extraer diversos elementos del almacén de prejuicios (una especie de cata) y debatir sobre ellos. Intuyo que el sentido común señalaría reyes desnudos.

Junto a cientos de cretinos, hiperventilados y cantamañanas, he conocido en YouTube al menos una docena de intelectuales que  visten bien a los reyes.