Los ingleses inventaron en el siglo XVIII el sensacionalismo periodístico, del que todavía ahora son grandes maestros, y poco después, ya en el XIX, los rusos lo elevaron a arte literario por medio de colosales novelas sensacionalistas a la manera de Dostoievski, aunque ellos, más espirituales, no lo llamaban así. Se llamaba el alma rusa, o el alma del pueblo ruso, y normalmente tenía el aspecto de un samovar caliente con infiernillo y chimenea. Puro sensacionalismo, incluso en el té. También en el siglo XIX, los franceses (Zola, acaso el escritor más feo de mundo) inventaron el naturalismo, un paso al frente en el mismo realismo sensacionalista, pero naturalmente y tratándose de franceses, de apariencia mucho más intelectual. Los franceses logran resultar intelectuales con una colilla en la comisura y los calcetines agujereados, o metiéndose un cruasán en el bolsillo, que son las bases del naturalismo.
Oraciones
Tremendismo
04/05/24 4:00
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