A veces hay que mirar a lo lejos para enfocar mejor lo de cerca. Este consejo oftalmológico viene a cuento de una comparación casi surrealista entre Bután, un país en la cordillera del Himalaya, con Menorca. Esa zona de Asia, de 41.000 km2 por los 702 de la Isla, solo cuenta con 800.000 habitantes y recibe al año algo más de 300.000 turistas (en Menorca se premió al pasajero 4 millones en diciembre pasado). Visto desde nuestra óptica, no cuentan con tantas libertades como aquí, pero su nivel de vida no se mide por el PIB, sino por el Índice de Felicidad Nacional Bruto (IFNB). La mayoría de sus habitantes trabaja en la agricultura, sobre todo porque han limitado la entrada de turistas para conservar su patrimonio histórico (no tienen ni un solo bien catalogado por la Unesco) y su paisaje. ¿Cómo lo hacen para controlar el acceso? Se convierten en un producto de lujo. El que quiera visitarlo hoy debe pagar una tasa de cien euros por día. Es lo que cuesta la entrada al país. Hace dos años costaba el doble.
Terra de Vent
Menorca no es Bután, pero se le parece
22/05/24 4:00
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