Una sanitaria se asoma a la habitación de una enferma de COVID. | BORUT ZIVULOVIC

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Los primeros datos de hospitales de Sudáfrica muestran que menos de un tercio de los pacientes admitidos por COVID-19 durante la última ola vinculada a la variante ómicron sufren una enfermedad grave, en comparación con dos tercios en las primeras etapas de las dos últimas olas. Los datos publicados por el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles (NICD) para Tshwane, el área metropolitana que incluye Pretoria donde ocurrió el primer brote sospechoso de ómicron, mostraron 1.633 ingresos en hospitales públicos y privados por COVID-19 entre el 14 de noviembre y el 1 de diciembre. De ellos, el 31% fueron casos graves, definidos como pacientes que necesitaban oxígeno o ventilación mecánica, en comparación con el 66% al comienzo de la segunda ola de la pandemia de coronavirus y el 67% en las primeras semanas de la primera.

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Científicos sudafricanos dieron la alarma por primera vez sobre la variante ómicron a fines del mes pasado, cuando notaron que la cepa tenía una cantidad inusualmente elevada de mutaciones, especialmente en la proteína de pico que usa el virus para ingresar a las células humanas. Desde entonces, han estado tratando de averiguar con urgencia si las mutaciones hacen que ómicron sea más transmisible o más grave, y hasta qué punto puede reducir la protección contra las vacunas o tratamientos contra el COVID-19. El NICD advirtió que el estudio tenía algunas limitaciones inherentes -aún no ha sido revisado por pares- y que los casos graves podrían aumentar a medida que avanza la cuarta ola.

«Pueden pasar algunas semanas para que se acumulen los resultados de las hospitalizaciones», dijo el informe. El informe tampoco dijo nada sobre si los pacientes estudiados habían sido vacunados, por lo que no estaba claro en qué medida una mayor cobertura de vacunas mantenía los síntomas más leves. La evidencia preliminar sugiere que ómicron es mucho más transmisible que cualquier variante anterior, pero que los síntomas pueden ser menos severos, con niveles más bajos de hospitalización, especialmente en pacientes vacunados. Sudáfrica informó el miércoles cerca de 20.000 nuevos casos de COVID-19, un récord desde que se detectó la variante ómicron, y 36 nuevas muertes relacionadas con COVID.