Intervención. Israel remolcó al puerto de Ashdod todas las embarcaciones y a sus pasajeros en condición de arresto - Reuters

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El Ejército israelí mató ayer al menos a nueve activistas de derechos humanos al abordar en aguas internacionales un barco que formaba parte de la Flotilla de la Libertad que pretendía llevar ayuda humanitaria a la franja de Gaza.

Las trágicas consecuencias del asalto desencadenaron una ola de protestas y condenas en la comunidad internacional y obligaron al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a suspender la entrevista que tenía programada para hoy en Washington con el presidente Barack Obama, y regresar a Israel.

Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, ha decretado tres días de luto en respuesta a un ataque cuyas consecuencias calificó de "masacre".

"Los muertos ascienden a nueve", dijo a Efe una portavoz militar en un escueta comunicación telefónica en la que declinó revelar el más mínimo detalle sobre la identidad o nacionalidad de los muertos, que al parecer son en su mayoría turcos.

Organizaciones humanitarias elevan, no obstante, a catorce el computo de víctimas mortales.

El número de heridos, varios en estado grave, asciende a 38 activistas internacionales y cinco soldados israelíes, de acuerdo con diversas fuentes.

Israel remolcó al puerto de Ashdod todas las embarcaciones de la flotilla y a sus pasajeros en condición de arresto, aunque algunos se encerraron en sus cabinas y rehusaron entregarse.

El asalto a la flotilla, formada por seis embarcaciones que transportaban a más de 750 activistas de 60 nacionalidades -entre ellos varios diputados europeos y una premia Nobel de la Paz, la norirlandesa Mairead Corrigan Maguire-, además de un cargamento de 10.000 toneladas de ayuda humanitaria para la población de la franja, se produjo antes del amanecer.

Alrededor de las 4.00 hora local (1.00 GMT) dos helicópteros del Ejército israelí con comandos de la unidad de elite de la Armada se posaron uno detrás de otro sobre la cubierta superior del Mavi Marmara, cuyo pasaje era en su mayoría turco, el barco más grande y cuyo abordaje desencadenó la tragedia.

Imágenes transmitidas en directo por la televisión turca muestran el momento del abordaje y la petición de por megafonía de uno de los activistas, Yardim Gemilerine Mudahale, que anunciaba al Ejército israelí la existencia de "tres muertos" y que "necesitamos ayuda".

Un canal árabe que transmitía también en directo desde el barco perdió la señal al comenzar la intervención armada y desde entonces ha sido imposible contactar con cualquier de los activistas, parlamentarios europeos o periodistas a bordo porque todos sus aparatos de comunicación han sido requisados por Israel.

Testigos presenciales citados en los primeros momentos del ataque hablaban de que los comandos descendieron de los helicópteros disparando sobre la cubierta que ocasionaron el baño de sangre.

La versión del Ejército israelí es que un grupo violento de activistas recibió a los comandos con varas de acero, granadas de estruendo, navajas, cócteles incendiarios y otras armas con las que causaron graves heridas a dos de los primeros soldados, a uno de los cuales tiraron a una cubierta inferior. "En cierto momento los equipos antidisturbios que llevaban los comandos dejaron de ser suficiente para el escenario en el que se veían", explicó el jefe del Ejército, Gaby Ashkenazi, en rueda de prensa en Tel Aviv.

El alto mando sostuvo que sus hombres abrieron fuego después de que los activistas disparasen con dos pistolas que quitaron a dos comandos que habían conseguido reducir a golpes.

Israel llevaba días preparando el asalto a la flotilla para hacer cumplir el bloqueo por tierra, mar y aire que impuso a Gaza hace tres años, los mismos que gobierna en la franja palestina el movimiento islamista Hamás.

Los españoles están bien
Los tres españoles que viajaban en uno de los barcos con ayuda humanitaria se encuentran bien y a la espera de ser repatriados a España, según confirmó el secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido, quien señaló que ninguno ha resultado herido en los ataques a la flotilla "Gaza Libre" y aseguró que el Gobierno ha solicitado a Israel que los ciudadanos españoles, retenidos por las autoridades israelíes, sean repatriados de forma "inmediata"

López Garrido apuntó que se desconoce el lugar exacto donde están retenidos los españoles, pero aseguró que los responsables consulares "están sobre el asunto".

Los tres españoles que viajaban en uno de los barcos atacados son el valenciano David Segarra, periodista del canal venezolano Telesur, y dos cooperantes de la ONG "Cultura, Paz y Solidaridad Haydée Santamaría", el madrileño Manuel Tapial y la catalana Laura Arau.