El presidente del Partido Popular Alberto Núñez Feijóo y la candidata Dolors Montserrat participan en el acto de inicio de campaña para las elecciones europeas. | Efe - Alejandro Garcí­a

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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado que el Partido Popular Europeo no se plantea pactos tras las elecciones a la Eurocámara con formaciones de extrema derecha, pero ha precisado que el de la primera ministra italiana, Georgia Meloni no es homologable a otros de ese ámbito político. Feijóo ha hecho esa distinción en su intervención en las jornadas del Cercle d'Economia y ante el planteamiento de con que fuerzas podría pactar el Partido Popular Europeo.

A su juicio, los partidos de extrema derecha son «una oportunidad para la izquierda» y a esta, que ha asegurado que está en retroceso en Europa, le interesa que haya extrema derecha desde un punto de vista electoral. Ha recordado el presidente del PP el congreso celebrado por el PPE en Rumanía en el que aprobó su programa marco electoral y en el que ha dicho que no se planten alianzas con la extrema derecha «tal como la hemos conocido en la anterior legislatura».

Pero a renglón seguido ha instado a estar muy atentos al planteamiento de Meloni, que ha dicho que no le parece «homologable» a otros partidos de extrema derecha en Europa. Así, ha recordado que, por ejemplo, votó a favor del Pacto sobre Inmigración que votaron en contra colegas de otros países. «Pero encontramos en Italia -ha añadido- que hay algunos condicionamientos que nos hacen ser más optimistas». No obstante, ha subrayado que en lo que están trabajando es en obtener un buen resultado y que el Partido Liberal pueda ser «un complemento» del PPE.

Feijóo ha insistido en sus críticas al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, subrayando que hay en España una absoluta dependencia de los «caprichos momentáneos de las decisiones mesiánicas». A su juicio, se intentan eliminar los contrapesos de toda acción democrática por parte de una «política aventurera que tiene tendencia a cronificarse» y que necesita «ir de sobresalto en sobresalto». Esa política ha dicho que pretende sustituir la gestión por la tensión, dividir a la sociedad, «inventar fantasmas que no existen» y poner en práctica «estrategias peliculeras».

Para hacerle frente ha defendido una respuesta decidida, constante y mayoritaria que combine el trabajo institucional, el recurso a la justicia, el debate social y la contienda electoral. Ha asegurado que el Gobierno está roto, como cree que demuestra que en 48 horas no hayan podido prosperar ni la ley del suelo ni la proposición sobre el proxenetismo porque los socios del Ejecutivo han votado de forma distinta. Feijóo ha dedicado parte de su intervención a rebatir con una serie de datos que la política española vaya como un cohete, como ha afirmado Sánchez, y ha afirmado que su intención es recuperar la política útil, los tiempos «en los que la política era más aburrida».