Urko y Ciorciari. Se abrazan sobre la pista a la conclusión del choque - Javier

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Los jugadores del Menorca Bàsquet abandonaron ayer el Pavelló Menorca como hacía días que no lo hacían, con cara de satisfacción tras romper una racha de once derrotas consecutivas, aunque conscientes de que quizá llega un poco tarde para lograr la salvación. "Como en todos los partidos, ha habido un poco de miedo al final, parecía que volvían los fantasmas, pero al final el trabajo bien hecho, forzando una prórroga como está la liga, tiene mucho mérito y nos lo merecíamos, es una alegría para todo el mundo y hay que disfrutarlo", manifestó Rafa Huertas al término del choque.

El andaluz señaló además que "nos lo merecíamos por el trabajo hecho durante el año, la clasificación está bastante complicada pero es una alegría para el vestuario. El equipo se ha liberado y las caras son otras, hay que pelear hasta el final y a ver que pasa".

Urko Otegi manifestó por su parte que "nos da una inyección de energía para seguir luchando y, por qué no, alargando el soñar. Ahora volvemos a jugar en casa y tenemos mucha moral para afrontar lo que queda". El capitán apuntó además que "se demuestra que tenemos mucha ansiedad, pero por suerte nos hemos quitado un gran peso de encima. Nos da alegría, pero miras la clasificación y te da el bajón. Llega tarde, pero mientras las matemáticas no digan que estamos descendidos, hay que seguir soñando".

Por último, Diego Cioriari manifestó que "ganamos tres partidos en uno, nos costó muchísimo pero nos lo merecíamos. Está muy difícil, sobre todo ganar fuera va a costar muchísimo, pero si el equipo demuestra que sigue luchando así y hay posibilidades, lo va a dar todo como hoy –por ayer–. Lo importante ahora es presionar a los de encima".