Los técnicos aseguran que el refuerzo con una placa de hormigón es la mejor solución | G.J.

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El conseller de Cultura, Miquel Àngel Maria, salió este jueves al paso para zanjar la polémica generada en torno a la reconstrucción del Pont de sa Bova, cuyo proyecto acaba de licitar el Ayuntamiento de Ferreries. «No tengo ninguna duda de que las cosas se han hecho bien. La actuación desde el punto de vista patrimonial es cien por cien correcta y habitual», responde ante el posicionamiento del historiador  Joan Pons Alzina, crítico con el proyecto que está previsto ejecutar en la infraestructura que se encuentra en el Camí d’en Kane.

Maria sostiene que no se ha hecho otra cosa que «seguir los criterios profesionales». Y estos, relata, apuntan a que «el puente se tiene que desmontar sí o sí y hay que hacerlo manualmente». En ese sentido, recuerda que la forma del mismo se ha alterado con el paso del tiempo, se ha producido un desplazamiento y por ello no se puede intervenir  sin desmontarlo. Si se hiciera un trabajo de consolidación sin demoler la estructura para evitar su derrumbe «entonces no se podría pasar por encima, y eso es absurdo. El patrimonio se ha de cuidar, pero también se tiene que utilizar», defiende.

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Los técnicos de Patrimonio han contado con el apoyo del punto de vista de los expertos del departamento de Movilidad. La conclusión a la que se ha llegado es que el puente se construyó con una capacidad de carga que «nada tiene que ver con la actual» y su recomendación es que se han de sustituir las piezas dañadas «usando una losa de hormigón en el medio», recuerda el conseller. Este asegura que dicha intervención «no implica un cambio estético, ya que ese material no se verá» y pone el acento en el hecho de que    se recuperarán todos «los elementos sanos» de la estructura y que se preservará el aspecto original. Por otra parte, se incorporará una barandilla acorde a la estética por cuestiones de seguridad.

Maria recuerda que el puente está en el catálogo de patrimonio histórico del Ayuntamiento de Ferreries y que por ello tiene «una protección básica». En ese sentido, explica que incluso si fuera un Bien de Interés Cultural (BIC) «la utilización de materiales contemporáneos por razones de seguridad está permitido, aunque es algo que se intenta evitar siempre que se puede».

El titular de Cultura y Patrimonio concluye que todas las opiniones «son respetables y hay que escucharlas», y al respecto reconoce que el Consell insular también recibió un escrito con el posicionamiento del Colegio de Arquitectos. Según relata, estos estaban a favor de que no se utilizara hormigón en el proceso de reconstrucción.