La alarma por el covid-19 ha provocado la suspensión de las procesiones

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El obispo de Menorca, Francesc Conesa, invita a los fieles de la diócesis a vivir la liturgia de la Semana Santa a través de la retransmisión de las celebraciones a través de la radio y televisión.

Conesa explica a MENORCA «Es Diari» que «respecto a la suspensión de las procesiones de Semana Santa, en Menorca no se ha aprobado un decreto específico porque la autoridad del Estado ya las ha suspendido». Señala a continuación que «algunas diócesis decretaron su suspensión antes de que se prolongara el estado de alarma; nosotros esperamos, pero al prolongarse esta situación, es obvio que no se pueden realizar procesiones»,

En una comunicación remitida a los presbíteros de Menorca el 24 de marzo, Conesa Ferrer les dijo que «las normas sanitarias impiden la celebración de procesiones en este tiempo. De acuerdo con las cofradías y hermandades de la diócesis se estudiará la conveniencia de celebrar, más adelante, algún acto extraordinario». Francesc Conesa plantea que «muchos cristianos se preguntan cómo será posible vivir la Semana Santa cuando no podemos acudir a los templos y participar en las emotivas y profundas celebraciones de estos días, y cuando tampoco podremos acompañar por nuestras calles las imágenes que veneramos y que nos ayudan a introducirnos en el misterio que celebramos».

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El obispo de Menorca responde que «echaremos muchas cosas de menos estos días, pero sigue siendo posible vivir la Semana Santa. Es más, la ausencia de estas celebraciones exteriores quizás nos esté invitando a vivirla con más intensidad». Para ello propone leer despacio los relatos de la Pasión, individualmente, pero sería mejor hacerlo con otros miembros de cada familia, porque cada familia es ‘iglesia doméstica’.

Desde la diócesis se facilitará un material sencillo, que contiene algunas celebraciones para realizar en familia o bien con carácter individual.

Al mismo tiempo el obispo invita a los menorquines a «unirse interiormente a las celebraciones que realizan en la Catedral o en las parroquias»; y recuerda los ejercicios de piedad que han ayudado a muchos cristianos, como el Via Crucis y el Santo Rosario.