La mayoría de hoteles se prepara para las llegadas nacionales e internacionales. | Gemma Andreu

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La perspectiva de que Menorca pueda empezar a recibir turistas nacionales e internacionales en el plazo de un mes –o incluso menos- ha reanimado al sector hotelero menorquín. Según estimaciones de la Asociación Hotelera de Menorca (Ashome) alrededor de un 60 por ciento de la planta insular trabaja en el escenario de volver a abrir sus puertas a partir de julio, la fecha hoy por hoy más probable para la reactivación de los flujos turísticos desde la Península y con algunos mercados extranjeros. Sin embargo, prácticamente ninguno está dispuesto a lanzarse a la piscina por la llegada de visitantes de otras islas del archipiélago balear, que el Govern reclama reanudar el lunes, más allá de la decena escasa de establecimientos que ya están abiertos en la actualidad para atender viajes de trabajo.

Son todo previsiones a la espera de que se vayan desvelando varias incógnitas que tienen que ver, por ejemplo, con la negociación para flexibilizar los ERTE de fuerza mayor, las conexiones aéreas que se terminen concretando –las compañías prevén por el momento ocupaciones muy bajas- y los acuerdos con la turoperación, que se presenta a estas alturas como la gran esperanza para la reactivación del turismo en Menorca en la era poscovid-19. Son estos grandes intermediarios turísticos los que están demandando a Ashome una actualización prácticamente semanal de las previsiones de plazas de alojamiento abiertas para una temporada que definitivamente, a pesar de los malos augurios del comienzo del estado de alarma, ya no se da por perdida. Otra cosas serán los resultados.

Tras la última encuesta entre sus asociados, cerrada ayer mismo, la patronal tiene sobre la mesa un total de 72 establecimientos de todas las tipologías y categorías que han trasladado la intención de abrir cuando vuelva el tráfico turístico nacional e internacional. Representan alrededor de 11.000 plazas de alojamiento. No obstante a esa relación de establecimientos que han contestado afirmativamente hay que sumar un buen número de viviendas vacacionales, además de entre 20 y 30 hoteles grandes de costa con una gran cantidad de plazas que están pendientes de conocer si hay avances en las condiciones de salida de los ERTE de fuerza mayor aprobados. En el caso de que no se dieran más facilidades para reincorporar a parte de la plantilla sin excesivas cargas el porcentaje de hoteles que prevén abrir podría caer hasta alrededor de un 40 por ciento.

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En los últimos días, tras la confirmación de que los turistas extranjeros no deberán pasar 14 días de cuarentena y la llamada al turismo internacional para el 1 de julio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, los hoteleros han notado una reactivación del interés. Incluso se están empezando a cerrar las primeras nuevas reservas. Según confirman desde Ashome estas se están produciendo básicamente desde el mercado nacional, mientras que mercados extranjeros tan importantes para la Isla como el británico se encuentra entre los más ralentizados a estas alturas. Falta por ver además si las reservas que los hoteles ya tenían activas se terminan confirmando.

Bajas ocupaciones

La patronal calcula que las ocupaciones se podrían mover entre el 30 y el 40 por ciento y la previsión es que al término de esta anómala temporada los niveles de ocupación se sitúen en valores del orden del 40 por ciento de la que se registró el año pasado. Ello implicará en la mayoría de los casos una reducción de las necesidades de personal. En ese sentido se buscan fórmulas para proteger a los empleados que no serán necesarios, con la presentación de expedientes de regulación temporal de empleo por baja productividad.