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En Menorca, el primer fin de semana con permiso para el baño en las playas se ha superado con buena nota. Eso es, sin que se hayan producido aglomeraciones y con los bañistas respetando, en general, las normas de uso impuestas por las autoridades sanitarias. Así se desprende de las valoraciones que hacen los profesionales de los servicios de vigilancia, los cuales coinciden al destacar la responsabilidad mostrada por los usuarios.

Este fin de semana estaba marcado en rojo en el calendario. Era el primero en que se permitía el baño y, después de los precedentes con los anteriores cambios de fase de desescalada, en que se detectaron actitudes poco afortunadas incumpliendo las normas, se temía que se repitieran escenas no deseadas, por el afán y el deseo por estrenar las playas.

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Pero no ha sido así. Al menos eso es lo que destacan los socorristas de algunas de las playas urbanas más concurridas de la Isla, como Cala Galdana y Son Bou, donde han vivido un fin de semana muy tranquilo. En la cala de Alaior, Jesús Soriano decía que «ayer (por el sábado) registramos unas doscientas personas, y hoy unas trescientas cincuenta», casi el doble, porque «ayer estaba más nublado» y aunque el domingo fue ventoso, eso no fue obstáculo para que la gente decidiera disfrutar de las playas. Eso sí, «la gente respeta las normas, no hemos tenido problemas», añadía su compañero Francisco Souto, sobre una playa que en pleno verano puede alcanzar los 4.000 bañistas por día.

En Cala Galdana, tanto el sábado como el domingo fue muy tranquilo, y aunque el parking indicaba que había bastante gente, al repartirse por un arenal grande como el de Ferreries, no se produjeron aglomeraciones. «Todo va bien, la gente se comporta y nosotros solo explicamos las normas», apuntaba Miquel Aguiló, quien valoraba positivamente que se respetaran los 2 metros cuadrados por usuario.

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