Avionetas aparcadas en el aeroclub de Maó | Gemma Andreu

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El Real Aeroclub de Mahón no tiene personal ni autoridad para hacer cumplir los controles sanitarios sobre la covid-19 en la entrada de avionetas, aseguran desde la entidad. No disponen de socios que puedan estar en tierra todo el día ni consideran que son «un agente» capacitado legalmente para exigir documentación a las tripulaciones.

Esto hace que, tras la reapertura en junio de 2020 de este tipo de instalaciones, todo el tráfico internacional de avionetas que demanda aterrizar en el aeródromo de la carretera de Sant Lluís sea desviado al Aeropuerto de Menorca, lo que ha ocasionado el enfado de algún piloto privado. En cuanto al tráfico nacional, queda fuera del control sanitario, ya que aunque las tripulaciones saben, en el momento de reservar pista vía correo electrónico, que deben rellenar un cuestionario de salud y aportar una PCR negativa «nosotros no inspeccionamos», explica el presidente del aeroclub, Mario Pons, «no nos corresponde, no somos agentes de autoridad, ni siquiera pedimos si la licencia del piloto está en vigor, sería ilegal».

Para eso se avisa a la Guardia Civil, que tiene su cuartel en las inmediaciones del aeródromo, y son los agentes quienes revisan que la documentación de las aeronaves y de las tripulaciones está en regla; pero los guardias tampoco se ocupan de la parte sanitaria, «no es nuestra competencia, es de Salud y de Sanidad Exterior», explican desde la Comandancia de la Guardia Civil en Palma.

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Las empresas concesionarias de amarres para la náutica deportiva y recreativa se han visto obligadas a asumir el papel de agentes de control sanitario y sus trabajadores –de acuerdo con una instrucción de Ports Illes Balears y Autoridad Portuaria–, son quienes informan y comprueban tanto los cuestionarios de salud como las pruebas covid que son necesarias para desembarcar en los puertos de Menorca.

Esta vigilancia funcionaba solo en los tránsitos de barcos internacionales hasta que se acordó el cierre perimetral de Semana Santa y entonces el control se extendió a las embarcaciones nacionales, a las cuales en principio se les denegaba la entrada por la restricción de movilidad. A partir de este lunes esa prohibición se ha levantado y el control también.

Según la Dirección General de Aeropuertos y Puertos del Govern, está en estudio la elaboración de una instrucción o protocolo similar al que ya se utiliza en el caso de los barcos extranjeros, para que veleros y yates de bandera española rellenen el cuestionario de salud y presenten las PCR negativas antes de atracar.