Un camarero del Club Nàutic de Ciutadella preparaba ayer las mesas del restaurante con decoración navideña.    | Josep Bagur Gomila

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Con las Navidades, llega la época dorada para la restauración, con decenas de personas sentadas en una misma mesa, pero dos años después del estallido de la pandemia y con las nuevas medidas para frenar la propagación del virus, las previsiones vuelven a ser negras para el conjunto de los empresarios y algunos se ven abocados al cierre por la caída de reservas.

La situación para Nochebuena, Navidad y Fin de Año ha seguido la misma tendencia que las comidas de empresa y los restaurantes suman cancelaciones, sobre todo en el caso de los establecimientos más grandes, con aforos de más de 50 personas, que son los que habitualmente tienen más demanda en estas fechas.

El sector se muestra decepcionado ante la amenaza de nuevas restricciones: «Aceptamos el pasaporte covid para que no se nos aplicaran nuevas restricciones en el futuro», lamenta José Bosch, presidente de la Asociación de Restauración de CAEB. Desde la Confederación, se muestran pesimistas, y como explica Bosch, las previsiones de la campaña navideña se han desplomado como «un castillo de naipes».

Según Toni Sansaloni, presidente de la Asociación Menorquina de Cafeterías, Bares y Restaurantes de PIME, los clientes temen que salga un positivo en la misma mesa y se contagien o tengan que confinarse: «La incertidumbre provoca que la gente ni se atreve a llamar para reservar».

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Sin cotillón para Nochevieja

El Club Nàutic de Ciutadella y La Minerva de Maó son dos ejemplos de establecimientos que han decidido no abrir su comedor para Nochevieja. Según el gerente del restaurante del puerto de Maó, Lázaro Alcaide, es una situación de «despropósito total», y añade: «No se puede organizar una cena de cotillón, con baile, teniendo en cuenta las restricciones, el aumento de contagios y el miedo de la gente».

El día de Navidad, La Minerva abrirá para el servicio de comidas, que ha resultado dejar un panorama más optimista, sobre lo cual su gerente señala: «A pesar de como está la situación y de todas las cancelaciones de mesas grandes que hemos registrado, estamos llenos». Un hecho, según Alcaide, que no compensará los malos datos de todo el mes de noviembre y de diciembre, teniendo en cuenta las anulaciones de los encuentros de empresa.

En Ses Voltes, en Ciutadella, tampoco abrirán en Nochevieja y se limitarán solo a servir al mediodía, tal y como hicieron el año pasado cuando las restricciones por la covid y el toque de queda obligaban a la restauración a echar el cierre por la tarde.

Se da la circunstancia que el Cafè Balear ha decidido bajar la persiana durante diez días, coincidiendo con estas fechas. Aseguran que fue una decisión que no tomaron condicionados por la llegada de la sexta ola, pero que «les ha salido bien» porque creen que no hubieran tenido mucha demanda.

En cuanto a las comidas del día de Navidad, los restauradores esperan que los más rezagados se decidan a última hora para para acabar de completar las reservas.