El sistema de almacenamiento que Red Eléctrica instalará en Menorca se ubicará junto a la subestación de Es Mercadal. | Josep Bagur Gomila

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La batería que Red Eléctrica instalará en Es Mercadal está concebida para volcar energía a la red solo en el caso de que un fallo serio en el sistema –por ejemplo una avería en el cable submarino o en la central de Maó– amenace con hacer revivir a los menorquines la pesadilla de un gran apagón. Las características técnicas requeridas para el proyecto permitirán a este sistema de almacenamiento aportar un máximo de 50 megavatios (MW) de potencia durante un periodo de 45 minutos. En el hipotético e improbable caso de que se produzca un cero de tensión, una caída a gran escala del sistema, en buena parte de los meses del año y franjas horarias esa potencia no daría para garantizar la demanda eléctrica insular. Aunque no es la garantía de suministro ni su único objetivo, ni su principal beneficio.

Para hacerse una idea de lo que supone una aportación de 50 MW de potencia –puede ser inferior si la avería no es tan grave, por lo que el tiempo de funcionamiento se ampliaría– vale la pena observar el comportamiento de la demanda menorquina, muy cambiante a lo largo del año y también en un mismo día. Tomaremos tres referencias, un día de pleno verano, un día de invierno y un día de otoño, el pasado 28 de octubre, el mismo día en que en el año 2018 un cap de fibló se cargó dos líneas de alta tensión y dejó sin luz a 38.000 usuarios durante 56 horas.

El pasado viernes 12 de agosto, en el momento del día de mayor consumo se demandaron 113 MW y en el de menor, 63 MW. En un día comparable del mes de febrero, el viernes 11 de febrero, también un sábado, ese valor de demanda máximo y mínimo fue de 59 MW y 30 MW respectivamente. Si atendemos al pasado viernes 28 de octubre, la demanda máxima en el momento de mayor consumo eléctrico fue de 60 MW y en el de menor de 34 MW. Queda claro que la capacidad de la batería para cubrir la demanda en el caso de un fallo en la red eléctrica dependerá del momento del año y la hora del día en que se produzca. En cualquier caso requerirá de una actuación rápida para solventarlo. En este punto cabe subrayar que el episodio del gran apagón de finales de octubre del año 2018 –cuando no había cable submarino– fue realmente extraordinario.

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Los detalles técnicos del proyecto de instalación de una batería integrada en la red de transporte fueron facilitados este miércoles por el delegado de Red Eléctrica en Balears, Eduardo Maynau, que compareció junto a la presidenta del Consell, Susana Mora, el director de Energías del Govern, Pep Malagrava, y el comisionado para el Impulso de la Energía Sostenible en las islas, Marc Pons, entre otros.

La empresa responsable de la red de transporte en alta tensión tiene prevista una inversión de 50 millones de euros para su gran actuación en la Isla en el periodo de inversiones 2021-2026. La garantía de suministro es solo uno de los beneficios de este proyecto. El otro tiene que ver con la operativa diaria del sistema.

La presencia de la batería como elemento al que echar mano en caso de avería permitirá al operador del sistema –también Red Eléctrica– ordenar un importante incremento de la energía que se transporta por el cable submarino. De hecho lo operará a más del doble de lo que lo hace actualmente. Más energía que llega por el cable, menos demanda de producción de la central del puerto de Maó y menos emisiones en la Isla.

Las claves
  1. Otro recurso en caso de gran avería

    La instalación de baterías tiene un doble objetivo. Por un lado aportar una mayor garantía de suministro al sistema insular, siendo un elemento que puede aportar potencia en el caso de una avería de calado en el cable submarino, la central o los parques solares.

  2. Más energía por el cable submarino

    El beneficio más inmediato para el sistema eléctrico menorquín es que la energía que llega por el cable desde Mallorca como mínimo se multiplicará. Eso permitirá reducir la dependencia de la central térmico de Maó