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La gestión y explotación de en torno a 600 amarres del puerto de Maó están en juego. A la espera de que se resuelva el concurso convocado por Autoridad Portuaria de Balears (APB) para la concesión de Sa Colàrsega, en el que compiten cinco empresas por 200 amarres, el organismo público dio a conocer ayer la aprobación de las bases del concurso para los cerca de 400 amarres de la Ribera Norte del puerto de Maó. En ambos casos el concesionario actual es un grupo menorquín vinculado a la familia Sastre, Marina Deportiva Menorca SL, que explota 650 amarres en toda la rada mahonesa en distintas zonas, Sa Colàrsega, Cala Llonga-Ribera Norte, Islas Flotantes e Illa del Rei.

En la orilla norte del puerto de Maó sale a concurso, con un canon anual de salida de 202.883 euros, una superficie de explotación de 55.200 metros cuadrados de espejo de agua, en la que se ubican diversos pantalanes con los trenes de fondeo correspondientes para el amarre de 391 embarcaciones de ocio de hasta veinte metros de eslora.

La superficie en tierra es de 1.751,40 metros cuadrados que incluyen muelles, zonas de acceso a los pantalanes y una edificación; se incorpora además otra edificación de 29 metros cuadrados localizada en Cala Cavall, que podrá ponerse a disposición de terceros como almacén para material ligado a la actividad del marisqueo o de la náutica en general.

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El canon mínimo exigido

El pliego de bases y cláusulas aprobado por el Consejo de Administración de Autoridad Portuaria fija un canon anual de salida de 202.883 euros, una tasa de ocupación a la que se suma la tasa de actividad, que según la Ley de Puertos del Estado es del 4 por ciento del volumen de negocio. En cuanto al tiempo de la concesión, la duración de la autorización será de 15 años. La concesión actual finalizará el 30 de septiembre de este año.

Las embarcaciones de base, amarradas en la instalación que se licita, tendrán preferencia ante nuevas peticiones de atraques, siempre y cuando puedan acreditar que son usuarios desde, como mínimo, tres meses antes de la publicación de los pliegos del concurso.

Cinco competidores

En la zona de la Colàrsega del puerto de Maó cinco empresas luchan por hacerse con la concesión de 200 amarres. Se trata de una concesión a 20 años sobre una lámina de 20.135,8 metros cuadrados y un presupuesto base de licitación de 109.086 euros. Además de la actual titular, Marina Deportiva Menorca, se presentan el Grupo MSC Balears -antes Marina Seca y ligado a la familia Díaz Ferrán-; la sociedad Next Port Nautical Experience, grupo que gestiona el puerto deportivo de Cala en Bosc; Sonora Yachting 2022, con sede social en Barcelona; y la mercantil mallorquina J2 Sailing Services.

La apertura de plicas del concurso tuvo lugar a finales de 2022 pero Autoridad Portuaria aún no ha tomado una decisión sobre este concurso, ya que está a la espera del informe de la Comisión Técnica sobre las distintas propuestas presentadas.

La gestión de S’Altra Banda pasó de Ocibar a Marina Menorca en 2012

La explotación de los amarres de la orilla norte del puerto de Maó, S’Altra Banda, fue adjudicada en un primer concurso a la empresa Ocibar en 2010, con un canon anual de 927.599 euros. La renuncia de Ocibar motivó un nuevo concurso de Autoridad Portuaria y en 2012 se aprobó la concesión a favor de Marina Deportiva Menorca, de 9 años y 11 meses, con un canon anual de 210.000 euros y una inversión prevista de 1,9 millones.

El apunte

Las empresas deberán presentar un plan de ahorro de agua dulce

Los pliegos del concurso de la Ribera Norte incorporan mejoras ambientales y de sostenibilidad, algunas de ellas a propuesta del Ayuntamiento de Maó, con representación en el Consejo de Administración de APB. Entre ellas destacan medidas dirigidas a reducir el consumo de agua, como la obligación de instalar difusores automáticos al final de las mangueras para la limpieza de embarcaciones.

Por otro lado, en las propuestas de las empresas que aspiren a la concesión se valorará la instalación de elementos de captación de agua de lluvia, así como la generación de agua dulce a través de minidesaladoras. En este contexto, el licitador tendrá que presentar un plan de minimización del consumo de agua dulce que contemple tanto campañas de concienciación de los usuarios como propuestas que podrían contemplar la construcción de nuevas instalaciones: acumuladores de agua de lluvia, minidesaladoras, sistemas de aprovechamiento de la humedad del aire y también de detección y reducción de fugas de agua.

Además, serán preceptivos los planes de eficiencia energética, movilidad sostenible y control de emisiones.