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Los agentes de Medio Ambiente del Govern han dado por solucionado el problema de contaminación del agua ocasionado por el vertido de purines de una finca ganadera al torrente de los Vergers de Sant Joan, en Maó. La propiedad del ‘lloc’ ha subsanado la situación con la puesta en marcha de un plan de gestión de estos residuos y ha aceptado pagar una multa de 5.700 euros, según han informado fuentes del Ejecutivo autonómico.

Un informe de la Dirección General de Recursos Hídricos emitido el pasado mes de octubre confirmaba la existencia de aguas contaminadas por vertidos de purines y estiércol en el torrente, que atraviesa varias fincas hasta desembocar en el puerto de Maó. El origen de la contaminación se situó en la explotación de Biniaixa Gran, situada en el entorno.

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La denuncia inicial fue efectuada por la propietaria de una parcela próxima, que detectó la contaminación de su pozo por las filtraciones que le llegaban desde el torrente de los Vergers de Sant Joan. Días después, el caso se hizo público a raíz de un comunicado del GOB. Los vertidos eran visibles en el torrente, a la altura del Camí d’en Kane.

El análisis de los técnicos del Govern confirmó la existencia de contaminación por materia orgánica, en especial, nitrógeno y fósforo. Recursos Hídricos calculó entonces que el coste de restitución de los daños ocasionados al dominio público hidráulico era de 2.850 euros, a razón de 19 toneladas anuales a 150 euros.