Giorgia Miloni, el pasado domingo en Roma, celebrando la victoria electoral | ETTORE FERRARI

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El pasado de la recién proclamada vencedora de las elecciones en Italia, la ultraderechista Giorgia Meloni, está vinculado a Menorca. Y es que fue aquí, concretamente en el puerto de Maó, donde el 25 de septiembre de 1995 miembros del Servicio de Vigilancia Aduanera detuvieron a su padre, Francesco Meloni, acusado de un delito de nacrotráfico, por transportar en un velero 1.500 kilos de hachís. Un caso que recogió entonces «Es Diari», y que concluyó con una sentencia de nueve años de prisión para el encausado.

Este suceso protagonizado por el progenitor de la futura presidenta italiana lo ha recordado Diario de Mallorca. Fue en la isla vecina donde Francesco Meloni fue juzgado, en la Audiencia Provincial de Palma, y donde posteriormente, en 2007 y 2011, concurrió a las elecciones autonómicas en la candidatura de Ciudadanos en Blanco.

Portada de 'Es Diari' en la que se informaba del ingreso a prisión de los detenidos
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Un alijo muy importante

Tal como informó en aquel momento este periódico, cuatro fueron los detenidos en aquella operación que permitió intervenir 1.500 kilos de hachís, en 50 fardos de unos 30 kilos. Viajaban a bordo del velero «Cool Star», con bandera francesa y que provenía de Marruecos. En él viajaba Meloni, junto a tres personas más, que no opusieron resistencia alguna. El entonces titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Maó, Bartomeu Mesquida, decretó prisión provisional y una multa de 50 millones de pesetas para cada uno, por responsabilidad civil pecuniaria. La droga aprehendida fue transportada a Mallorca para su destrucción.

Operación rápida

El velero «Cool Star» tenía 15 metros de eslora. Amarró en el puerto de Maó el día 24 de septiembre, al parecer, para guarecerse de un temporal que interrumpió su travesía.

Fue a la mañana siguiente, tras repostar en la antigua estación de Camps, cuando funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera, con refuerzos del Departamento de Aduanas de Mallorca, procedieron a inspeccionar la embarcación. Se estimó que los fardos de droga, escondidos en varios lugares del camarote, habrían alcanzado en el mercado los tres mil millones de pesetas.