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A don Manolo Lora, de quien tanto disiento

Y si disiento tanto es porque su reflexión sobre el puerto, redactada en unos términos que harían palidecer al mismísimo Kafka, está impregnada de ese tufillo rancio que ha sido tónica general en los últimos años para nuestros administradores en los múltiples niveles institucionales de que gozamos y que ha conducido con esa filosofía obstruccionista a la ruina económica y vital de Menorca.

Ya sabe, señor Lora, lo que pasa a veces con los estudios que usted tanto reivindica (me extraña que no haya incluido en su petición un estudio que verse sobre el impacto que la peatonalización ejerce en el mejillón tigre), pasa a veces, digo, como con el muy esgrimido pero secreto "informe hecho el año pasado", del que echaron ustedes mano para meter miedo al personal con sus lúgubres pronósticos. Si dicho informe existe en realidad (si no existiera resultaría bastante patético, amén de muy deshonesto por su parte haberlo inventado) aconsejaría a la empresa que lo elaboró que emprenda urgentemente una remodelación de la plantilla, ya que la actual no da pie con bola. Informes e informes llenando archivos polvorientos en despachos a veces creados precisamente para justificar dichos informes y para proveer de un puesto remunerado a algún acólito de la ideología de la burocracia "extreme": El infierno. En cambio, los habitantes de Mahón tenemos la fortuna de contar, después de tantos años de pusilanimidad, con un equipo valiente al frente del Ayuntamiento que ha emprendido un camino que deberíamos haber recorrido ya hace lustros.Tan exitosa ha resultado la medida (cualquiera que baje al puerto a las diez de la noche puede comprobar la atmósfera amable , apetecible y concurrida que se ha generado) que si se repitieran las fotografías de las protestas iniciales, más de uno saldría movido, por las prisas que se daría en salir del plano. Tan exitosa está resultando la medida (algunos errores se corregirán con toda seguridad el año que viene) que no me cabe duda de que más pronto que tarde, la Asociación que preside interinamente el señor Lora pedirá al Ayuntamiento la peatonalización de la parte de puerto restante. Cuando llegue ese momento, considero que sería el idóneo para que la cúpula de dicha Asociación presente su dimisión, pues en ese momento quedará demostrado que han invertido energías en defender una idea obsoleta mientras intentaban poner palos en la rueda del futuro del puerto, que no puede ser otro que el de establecer en su impresionante escenario un ámbito de disfrute acogedor acorde con lo que ya existe desde hace años en otros puertos de todo el mundo.

Nacho Martín Rejas
Maó

Usemos la cabeza

Jueves 9 de agosto sobre las 20 horas o lo que es lo mismo, las ocho de la tarde. Voy a Sant Lluís y de repente un poco antes de los cuarteles de la Guardia Civil me encuentro con un atasco y tardo 32 minutos para recorrer los escasos dos kilómetros que restan para llegar a mi casa y teniendo que recorrer un nuevo circuito que me indica el guardia que se encuentra en la rotonda de no entrada.

A los responsables de estos cambios y al margen de si son realmente necesarios para solucionar cualquier problema puntual que el exceso de circulación actual provoca hacerles notar dos puntos: 1º si dichos cambios alivian alguna situación que de momento no alcanzo a discernir durante seis días de la semana pero provocan una situación de caos total el jueves por la tarde cuando el centro queda cerrado por motivos del mercadillo, algo falla y 2º podrían ahorrarse hacer experimentos tan desastrosos en plena temporada turística. Pobres personas, turistas o no, que tuvieron que seguir para llegar a cualquiera de las urbanizaciones de la costa, lamentable.

Víctor Serrano Tudurí
Sant Lluís

Ordeno y mando,
a volar tu tía

Vuelve a ser certera la Ley de Murphy, aquella que dice que cuando algo va mal puede ir a peor. A esta isla le vamos a tener que cambiar el nombre y llamarla "la Pupas" por esa facilidad que tiene de llevarse todos los palos de orden económico que pueden afectarla. Ciao, ciao, Spanair. Ciao, ciao, Air Europa. En tan solo apenas unos meses. Quién da más. Qué explicito y oportuno el nombre de la plataforma ciudadana el Transport Aeri Ofega Menorca.Y cuidadito, cuidadito que por la misma ley antes citada, la única compañía que nos queda Vueling, también podría replantearse su posición o sus precios, dada la debilidad de la Administración para imponer un sano juicio, sobre el asunto del transporte aéreo, en un territorio nacional periférico y ciertamente aislado como es Menorca.Parafraseando el léxico parlamentario de moda, hay que joderse… y a volar tu tía (la rica, por supuesto). Esa es la única respuesta que te dan las compañías. Así son las cosas, te dicen irónicamente… y tiempo nos ha costado cambiarlas. Ante lo cual, los ciudadanos contestamos a coro; así ni son, ni queremos las cosas. Si no que así, han estado rehechas interesadamente por la codicia de algunos. Desmantelando lo público, privatizándolo todo. Consecuentemente, nos encontramos engañados, donde nos han traído. Es decir, tal y como anunciaba aquél histórico bando fascista: Cautivos y desarmados.

El ordeno y mando del poder ejecutivo no está donde debiera, es decir, en el Estado. Ese ente que constituimos para administrar los derechos y bienes de la nación a través de sus representantes políticos. No señores, no se engañen. Hace tiempo que parte de nuestro poder soberano de decisión, está en manos de empresas privadas o a entes administrativos europeos que imponen políticas económicas neoliberales, cuya máxima de, ante todo beneficio, nos han traído a este estado de indefensión tanto en materia de transporte aéreo, como en otros ordenes económicos. Están abducidos por la ruleta del mercado. Estamos en un casino.

Y volviendo al tema del transporte aéreo en esta isla pequeña, saben lo que creo que piensan en Madrid, pues; que vuelva usted mañana. Estos pesados de menorquines, dando la lata, destapando nuestras miserias con el tema de los avioncitos dichosos. Les das una OSP, eso sí con la capital, solo para residentes, a precios y condiciones convenientes para las compañías aéreas, y no paran de quejarse. Pero que se han creído, no entienden nada de macroeconomía, ni del sacrosanto deber del beneficio que predica "la gente seria".

De qué derechos nos hablan, si ni si quiera entienden las teorías económicas de la escuela de Chicago, que nos iluminan.

Menudo grano inoportuno nos ha salido ahora, con la que está cayendo para poder mantenernos en el chiringuito. A ver ahora, como nos las apañamos para no incomodar a las compañías aéreas y que sigan pagando las tarifas aéreas, los de siempre.

Jordi Viola Giner
Alaior