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Los datos sobre el crecimiento del comercio electrónico en Balears, un cien por cien desde enero de 2017, confirman que no nos hallamos ante un fenómeno coyuntural y que la actividad comercial registra una transformación imparable con el uso de internet y las grandes plataformas de distribución. Todo ello provoca un cambio radical de hábitos seculares.

Las tiendas tradicionales, que formaban parte del paisaje urbano, llevan camino de desaparecer o acabar convertidas en reliquias de antiguas formas de comercialización. El impacto de las ventas on line abarca todos los comercios, incluso los más especializados. Todo se puede adquirir por internet, con un razonable grado de seguridad y a precios competitivos. La relación con el cliente se sustituye por una publicidad agresiva y el acceso telemático, un nuevo escenario que amenaza el futuro de la actual oferta comercial.

El comercio electrónico debe ser un acicate para las empresas locales, que deben asimilar las ventajas de esta tecnología de la comunicación. Es preciso abrir vías de colaboración con el pequeño comercio y los negocios locales para que se adapten a los nuevos hábitos. No hacerlo significa fracaso y desaparición.