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La declaración de la emergencia climática en Balears, promovida por la Conselleria de Transició Ecològica del Govern, así como el acuerdo aprobado por unanimidad en el pleno del Consell del lunes, forman parte de la semana internacional para concienciar a la población sobre la imperiosa necesidad de actuar contra el cambio climático. Las evidencias científicas son contundentes y confirman que es preciso adoptar medidas inmediatas en todo el planeta.

Las declaraciones de emergencia climática en nuestras Islas tienen un evidente valor simbólico, pero constituyen un primer paso para la necesaria toma de conciencia social sobre este problema, de enorme trascendencia. Pero hay que subrayar un aspecto decisivo: la Administración cuenta con las armas más potentes para corregir las causas, que son los nocivos gases de efecto invernadero. Las aportaciones individuales son imprescindibles, pero gobiernos e instituciones internacionales tienen la mayor cuota de responsabilidad.

Las iniciativas locales se diluyen ante la intransigencia de los países más contaminantes, grandes ausentes en la cumbre de la ONU, actitud que contrasta con Alemania, que anuncia un gran plan con inversiones millonarias.