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El gran problema de Balears consiste ahora en la falta de vacunas para llevar a cabo las campañas anunciadas. Para alcanzar el objetivo de la inmunidad el 1 de mayo, Menorca necesita 1.164 dosis diarias, pero desde el 30 de diciembre se han administrado en la Isla sólo 2.341. El 26 de diciembre el director del IBSalut, Juli Fuster, manifestó que «en verano» estará vacunada entre el 65 y el 70 por ciento de la población. La realidad es que España no recibe vacunas lo que ralentiza los ritmos y provoca el incumplimiento de los calendarios, lo que acentúa la incertidumbre y el malestar.

La prioridad consiste en parar los contagios para que este año haya temporada turística, lo que implica acreditar a Balears como destino seguro, a más tardar en junio. Las demoras en la campaña de vacunación supondrían el golpe definitivo para la economía de Menorca, cuya supervivencia económica pasa por la reactivación del sector servicios, del que depende el 80 por ciento del PIB insular. La nueva ministra de Sanidad, Carolina Darias, ya tiene una cuestión de la máxima urgencia por resolver sobre la mesa: garantizar la llegada de la vacuna en número suficiente a España para todos los ciudadanos.