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Parece ser que la historia tiene una cierta querencia por el mes de mayo. Al menos en las últimas décadas. Los acontecimientos del mayo francés del 68 determinaron y marcaron buena parte de la parafernalia social y cultural que fue denominador común en el pensamiento europeo de las últimas décadas. Algunos "pensadores" e "interpretadores" de aquellos hechos (Daniel Cohn-Bendit ) todavía persisten e influyen en nuestros días.

También algunos acontecimientos sucedidos en este recién pasado e intenso Mayo del 2010 pueden llegar a tener su importancia político-social en la trayectoria de España. Efectivamente, este pasado mes hemos visto como algunos, de forma lamentable y desde la pasión visceral y el radicalismo ideológico, trataban de poner en solfa la "filosofía" de la Transición española y pretendían impugnar aquel acuerdo general entre españoles de todas las tendencias para caminar unidos hacia un futuro mejor para todos. Los defensores de Garzón han utilizado excesos injustificados, inveraces y peligrosos. Ha vuelto la preocupación al comprobar como un sector, minoritario pero muy activo, sigue contaminado (¡después de más de setenta años!), por el terrible virus de la Guerra Civil.

Este mes también ha sido testigo de la utilización de traductores en el Senado español para que se pudieran entender un Ministro andaluz y un Presidente autonómico cordobés. La tontería supina.

También hemos sido testigos presenciales de la caída (¿definitiva?) de la imagen de Rodríguez al no poder ya aguantar por más tiempo las mentiras perpetuas en que ha basado buena parte de su gobierno. Rodríguez ha sido el culpable del mayor recorte social de toda la historia de España y se ha visto obligado a aceptar la humillación de que el FMI y otros países europeos tutelen a nuestro país ante la catastrófica gestión económica de su gobierno socialista.

La medidas de recorte adoptadas son muy injustas ya que basan su efectividad sobre el sacrificio de las clases más sensibles y débiles (¿para cuándo un recorte definitivo a los "artistas" de la Zeja, al pesebre político, a los nacionalistas, a los dictadores fascistas de Latino América, etc?).

Ha sido muy ilustrativa la respuesta del Ministro Chaves a Rosa Díez en el Congreso al reconocer que desde el Gobierno no pueden forzar a las Autonomías a un mayor recorte de sus gastos ante la delegación de funciones que, de forma inconsciente y abusiva, se ha hecho del concepto "descentralización" (los gobiernos autonómicos españoles manejan, proporcionalmente, más dinero que los länder alemanes).

Mientras en Menorca, hemos visto como un simple reportaje periodístico recordando la visita del general Franco a la isla hace cincuenta años, ha levantado nuevas pasiones especialmente entre quienes deberían de estar vacunados (por edad y por supuesta educación) ante unos hechos históricos que no pueden cambiarse por más que algunos lo quisieran (¿una muestra más de que algún tipo de educación no concita olvido sino que mantiene el rencor sectario?).

En el terreno económico, y como se puso en evidencia en el VI Foro de UPyD celebrado en Ciutadella, se delimitan ya claramente las responsabilidades históricas (de la última década) sobre la caída de la economía en Menorca. Se recuerda que en democracia existe lo que en inglés se describe como "accountability" (responsabilidad personal frente a los ciudadanos). En este Foro se denunció que Joana Barceló y Tuni Allés son las responsables del empobrecimiento de Menorca en los últimos diez años. Las consecuencias de su gestión ya vienen siendo evidentes pero se sufrirán en toda su crudeza este próximo otoño cuando, después de una mala campaña de verano, la isla se muestre desnuda y paralizada económicamente. Demasiadas prohibiciones, demasiada política identitaria, demasiada administración. Demasiada cosmética para tan poco fondo. Pobre Menorca.

Nota: Hace unos meses reconocí la gallardía de Marc Pons al haber aceptado heredar el desastroso legado de Barceló en el CIM. Ahora, y aunque ya lo he hecho de forma personal y directa, debo que excusarme públicamente por haber publicado un exceso sobre él. La controversia política no debe de incluir comparaciones maliciosas. Lo lamento.