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No sé de quién es la frase, Rock, pero la última vez que la leí venía de Marta que la había pronunciado Noé, a propósito de unos pensamientos en voz alta. Cosas de la vida. Y es que no hay peor cuña que la de la misma madera.
Y en eso estoy, mi añorado Rock, tratando de recoger los limones sembrados en mi vida para hacerme una limonada a la que tendré que añadir un chin de azúcar para que resulte más agradable (si tuviera gin me haría una exquisita pomada).
Ahora que media España está loca con la Roja y hay algún político -menudo inútil- de ERC que aprovecha el color catalán de la selección para reivindicar la independencia.

Ahora que Zapatero sonríe con la selección y Rajoy se atreve con un pronóstico y hasta la Aguirre se viste de rojo fucsia, leo un comentario (no sé si inteligente, pero real) de un ex alumno, Andreu Fernández que dice: "y a mi qué, yo no voy a ganar 600.000 €".

Fíjate, Rock, con las cosas tan importantes que suceden a miles de kilómetros de Higüey y, éste, tu abuelo bachatero, preocupado por los limones y la limonada.

Ramón Ruiz, el Séneca de Punta Prima, diría "gilipolleces, Manolo" y se daría un apretón allí mismo. O el añorado Banderas me diría "te voy a dar un golpe donde empieza el riego sanguíneo"; o mi entrañable Luis Acosta afirmaría-con esa potencia de voz que le caracteriza- "Manolo, tómate un cubata más. Creig, pon cuatro cubatas". Afirmando, sin vergüenza y entre dientes: Tengo que pagar otra vez.

Y yo, querido nieto, preocupado por los limones. En realidad no me gusta mucho la limonada si no es en pomada; en realidad, lo que me gustaría es que el director de "Es Diari" me escribiera un mail y me dijera que me merezco un blog. Pero soy consciente, Rock, que eso es para los elegidos, tipo Pepe Barber, el mochilero por excelencia y de otras plumas que se sientan en los principales bancos (banca rota) de la Academia Menorquina de la Lengua-Llengua.

Porque ya es disfrute leer "Carta a una señora" que a uno le recuerda otra señora de no tan rancio abolengo, o la manía, casi persecutoria, de Gomila por el presidente que tiene nombre de fino andaluz; o el escrito de un antiguo Conseller sobre una zona verde inaugurada en Alayor (barrer para el propio tejado y para Morlá), o…

Y yo, Rock, preocupado por los limones. Siendo yo un hombre de asfalto cómo voy a sembrar cítricos. He sembrado otro tipo de limones -de diversos colores- a lo largo de mi vida. En mi Jaén, la capital del Santo Reino, dejé un sinfín de amigos y compañeros; en Ibiza y Valldemosa dejé un trabajo bien hecho y en Menorca ya tú sabes, Rock, una familia -ahora muy lejana-, cientos de alumnos que me recuerdan con cariño y algunos compañeros de profesión que han conocido mis pocas virtudes y mis muchos defectos.

Así que, Rock, yo sigo aplicado en comprobar si la vida me dio limones y soy capaz de hacer una limonada.

PD. Enhorabuena a Lluc y Guiller; a Vicente Tur por esa mediación entre Reynés y Segarra. Y un beso, fuerte y apretado -nada sensual- en la mejilla a Mónica Salom, antigua jugadora de mi equipo del alma, y aunque tuvimos nuestras diferencias ya sabe que le tengo cariño.

Nos vemos ahorita, Rock.

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magonga54@hotmail.com