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Decidida a iniciar una nueva etapa y con propósitos firmes de que sea definitiva, la Fundació Rubió ha difundido dos interesantes iniciativas. La primera versa sobre la organización de un ciclo de conferencias a través de la biblioteca, icono de esta entidad y posiblemente principal referencia de las prestaciones culturales que de forma ininterrumpida viene ofreciendo. La segunda tiene como objetivo la finca emblema de las propiedades de la Fundació, sobre la que parece urgente establecer un uso que la rentabilice social y económicamente y permita financiar su mantenimiento. Llamada a ser un centro de grandes posibilidades, Mongofra sufre los rigores del paso del tiempo sin atenciones ni decisiones. La propuesta de albergar el centro de interpretación de la reserva de la biosfera abre ahora interesantes caminos de exploración de posibilidades, aunque supeditado a la voluntad de las instituciones.

Sea cual fuere el resultado, la sociedad menorquina debe valorar el renovado pulso de la Fundació y el deseo de que haya vuelto para quedarse, para promover actividades y, a expensas de nuevos sobresaltos judiciales, ocupar el espacio que le corresponde en la vida cultural.