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El domingo 22-M el Partido Socialista, salvo milagro, se va a dar un batacazo, posiblemente histórico, perdiendo incluso en algunas capitales que les han votado durante décadas. Eso en cuanto a los ayuntamientos. En cuanto a los gobiernos autonómicos, les pasará otro tanto, a tenor de las noticias que se dan en radio y televisión por los encargados de trasladarnos las distintas encuestas que determinados organismos organizan estos días. Por si eso no fuera ya más que suficiente, este domingo último no he encontrado periódico que no vaticinara el triunfo del PP a costa, según algunos periódicos, de un severo castigo electoral al PSOE. Este fin de semana he repasado cuatro o cinco periódicos más de los habituales en mí; puedo decir que han sido tantos que hubo un momento que tenía las manos como si uno viniera de estrangular calamares. Y repito, todos en mayor o menos medida, vaticinan un fuerte desafecto por parte del voto socialista. Algunos, en sus vaticinios metidos a oráculos, van más allá del 22-M, afirmando que si el derrumbe socialista es histórico, no les quedará otra que convocar de inmediato el adelanto de las elecciones legislativas.

Los socialistas, por ser justos hay que decir que han tenido mala suerte. Les ha pillado de lleno una tremenda crisis, en España incrementada más allá del 100% por culpa de aquel desastroso desgobierno que hizo posible la burbuja inmobiliaria. Los socialistas también han tenido mala suerte con la oposición que les ha tocado tener enfrente. Oposición que ha mirado antes sus intereses partidistas que arrimar el hombro intentando salir de la oposición, primero con lo del 11-M y como aquello fue un desastre, han utilizado la crisis como arma demoledora, que en puridad es lo que finalmente les llevará al poder. Eso por un lado y por otro lado ha estado la mala manera de gobernar del PSOE, con un presidente y toda una tropa de asesores, podríamos decir que frente a la crisis, inanes, sin darse cuenta anticipadamente, lo que habría sido lo correcto, y que para eso se les pagaba, del problema que se nos venía encima. Incluso negando la crisis cuando ésta era ya un hecho más que manifiesto, cuando incluso los más tontos en esas matemáticas, ya estaban apercibidos que ésta no era un crisis cualquiera. Han repartido dinero, de manera precipitada sin ton ni son. Luego, cuando la crisis los tenía a mal tener dicho en plan fino, o trincados por los cataplines políticos dicho en lenguaje asilvestrado, que pretende ser gráfico, pues nada, no se les han ocurrido otras soluciones que la de pegarle tijeretazos a los derechos de los trabajadores, dejándole de paso al señor Rajoy el trabajo antisocial hecho.

A mí me gustaría saber si lo que han hecho los socialistas lo hubiera hecho el PP, qué sería lo que estarían diciendo estos. Estoy cierto que pondrían al PP a caer de un burro. De manera que lo que les depare las urnas el próximo domingo, no será por casualidad. En cuanto a adelantar las elecciones no lo creo en absoluto, hay que pensar que Zapatero es un presidente amortizado dicen algunos, extrapolando palabras que no son del caso. Y puesto a extrapolar, en mi opinión, se trata de un cadáver político. El PSOE no tiene ni líder ni candidato para las elecciones generales, toda vez que Zapatero no se presenta, razón por la cual es más que probable que no le den el gusto al PP de adelantar las elecciones.

Es verdad que si se da un derrumbe histórico el domingo, sólo fuera por inercia democrática, deberían disolver las cámaras y presentar elecciones generales. El problema es que, también para ese ejercicio de responsabilidad política, están los socialistas completamente desarbolados. Un líder no se prepara en un mes, sea hombre o mujer quien ocupe el lugar. Necesita un tiempo para sentar sus bases de liderazgo, eso es lógico. Además, después de perder como es presumible, las elecciones del 22-M, al PSOE no le conviene para nada ir acto seguido a unas elecciones generales, porque sin duda se daría el efecto dominó. El PSOE, imagino yo, que se darán cuenta que lo que les conviene es llegar al final de la legislatura, alejarse lo más posible de los malos resultados, si se dan, el 22-M. Tampoco hay que echar a barato la oportunidad que les pueda quedar, remota sí, pero posible también, de que la economía y el número de parados pudiera ir corrigiéndose algo. Eso es previsible porque peor ya casi es imposible.

En cualquier caso, quiero decirles que a nada que el PP tenga algo de suerte y dejándole Zapatero el camino desbrozado respecto a las impopulares decisiones que ha tenido que tomar, a los socialistas les podría esperar una larga travesía por el inhóspito desierto de la oposición.