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El puerto histórico de Ciutadella apenas ha registrado actividad de turismo náutico en los últimos años. Ante la mínima oferta de amarres en tránsito, los turistas de yate se interesaban por otros puertos. La imagen más evidente de esta carencia era el Moll de la Trona, del Club Nàutic, siempre desierto por la prohibición de Ports de amarrar allí mientras operaran los barcos de las líneas comerciales. Una vez inaugurado el puerto exterior, Ciutadella vuelve a aparecer en los mapas del turismo náutico. Los 26 puestos de amarre del Moll de la Trona están casi siempre ocupados. La ordenación del espejo de agua más interior también será una oportunidad para atender la lista de espera para barcas con base local y para ofrecer servicios a algunas en tránsito. La importancia de este tipo de turismo es evidente. Los restaurantes del puerto se han quejado a menudo por las consecuencias negativas de no disponer de amarres para los turistas que llegan en yate. El Club Náutico calcula que se había alcanzado la cifra de 10.000 turistas que llegaron a Ciutadella a bordo de una embarcación y que visitaron la ciudad y algunas de sus tiendas y restaurantes. El puerto histórico de Ciutadella sigue teniendo un gran atractivo para este tipo de turismo.