TW
0

Entró en la librería y saludó a la dependienta. Un reciente desengaño lo había dejado hecho polvo, algo vacío y desganado. Paseando su mirada por las estanterías de abarrotados anaqueles, se fijó en un título: "Aprende a vivir contento. Diez maneras de ser feliz". Pese a su habitual escepticismo, lo compró con la esperanza de hallar sabios consejos o alguna clave que le ayudase a salir de tan apesadumbrada situación…
Sea productivo – decía el tocho - Sentirse útil es la base de la autoestima. No sea zángano. Si no sabe hacer "la o con un canuto" podría caer en un botellón u otras drogas. Escoja entre anestesiar su conciencia o hacer algo positivo para los demás.

Valore lo que tiene a su alrededor. Vivimos rodeados de maravillas que no sabemos percibir. Que no veamos algo, no siempre quiere decir que no exista, incluso cerca de nosotros. La realidad es una mina que necesitamos excavar, hasta sacar el diamante en bruto que lleva dentro. Para ver, aprenda a mirar.

No tenga miedo al fracaso ni a encarar los problemas. No sea hipocondríaco ni derrotista ni pusilánime. El valor también se educa y se entrena como un deporte. Vivir asustados no nos protege de nada y, en cambio, acaba recortando muchas oportunidades.
La formación es imprescindible. Procure aprender siempre. Y lo que haya aprendido, enséñeselo a otros. El saber compartido, sabe mejor.

No adopte valores equivocados. De esos que conducen al hastío, la autodestrucción o la insatisfacción permanente. El dinero no es Dios, por eso no está en todas partes.
Haga ejercicio físico y mental. Lo que no se mueve, se pudre o se encasquilla.
Cultive sus amistades. Compartir y dar, nos enriquece mutuamente. Procure ser buen amigo o amiga. No sea plasta ni pelma ni, mucho menos, ególatra. No queda nada bien.
Confíe y tenga fe. Más allá de lo racional, lógico, seguro, difícil e improbable, está la fe que mueve montañas, atraviesa desiertos o acierta quinielas. Nada se ha conseguido sin creer en ello.

Sentido del humor. Reír es propio de seres superiores y algunas hienas. Sin humor, la vida sería como la política…El décimo y último consejo, decía así:
Piense en positivo. Nuestro pensamiento es una de las cosas más poderosas que existen. Podemos usarlo para bien o para mal. Procure transformar la realidad con el poder de su mente. No se conforme con lo que hagan los demás. Usted también puede, si se concentra.

Cerró el libro. Lo colocó en su biblioteca junto a volúmenes polvorientos que ya había leído alguna vez. Eran libros de todo tipo, que había interiorizado y que para él, habían sido de una gran autoayuda.