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Que agosto, el mes estrella de a temporada turística, haya arrojado un saldo mayoritariamente negativo para las empresas dedicadas a la oferta complementaria es motivo de preocupación. De hecho, solamente 13 de cada cien negocios ha logrado mejorar sus cifras respecto al año pasado, según la encuesta de PIME. El análisis de esta situación la explica claramente la propia patronal: la caída del gasto. En este sentido, el visitante extranjero tiende más al todo incluido, mientras que el mercado nacional, además de viajar menos, limita el dinero destinado a compras debido a la crisis. Precisamente, el sector comercial ha sido el que más ha acusado el golpe. El 65,43 por ciento de los encuestados apunta que ha facturado menos que en el mismo periodo del pasado año. Todos estos datos contrastan con las cifras de ocupación de los establecimientos hoteleros, que han sido mejores de las previstas inicialmente. Sin embargo, el problema es que la rentabilidad va cayendo y ello repercutirá negativamente en los próximos meses, ya que la demanda interna también está lastrada por la recesión. Ante esta realidad, urge que patronales y Administración definan el modelo que ayude a los empresarios a beneficiarse del principal motor económico de Menorca.