TW

Os lo ruego: antes de iniciar el juego, preguntaros si lo que os lleva a presentaros como candidatos a las próximas elecciones es afán de servicio o simple anhelo de poder con el que satisfacer vuestro egocentrismo. La honradez pasa por ese primer paso. Si constatáis (nadie escapa a conciencia propia) que es lo segundo lo que os mueve, retiraros. E inquiriros si estáis preparados para la que se avecina, porque –lo siento- para eso, como en todo, no cualquiera vale. Y si alguna vez pagasteis o cobrasteis en negro u ocupasteis una plaza de parking de un minusválido sin serlo, haced un mutis por el foro porque quien es deshonesto en lo pequeño, también lo será en lo grande...

Os lo ruego: durante la campaña no me/nos toméis por idiota/s, porque no lo somos. Por tanto, no confundáis programa con panfleto. No hilvanéis, sencillamente, cuatro o cinco promesas atractivas... No me vomitéis con seductora voz aquello que necesito oír. Cualquiera puede, con lápiz y papel, curar el cáncer y acabar con las miserias que os asolan. Lo malo es cuando uno ha de ir más allá de los lindes de la página y trocar ficción en realidad. Decidme, sí, qué pensáis hacer, pero también cómo, cuando, por qué, con qué recursos, con quiénes... Aseguradme que revisaréis de tarde en tarde lo hecho para constatar si os habéis desviado del camino que conduce –supongo- hacia vuestra utopía. Y si ese error se ha producido especificadme qué medidas correctoras estableceréis... No ocultéis fallos, mostradlos para que os podamos comprender y ayudar... Eso os hará humanos y a nosotros, tolerantes. Pedid perdón, si se tercia, que eso, más que humillar, dignifica...

Os lo ruego: no me saludéis hoy, cuando no lo hicisteis ayer... Cuando no lo haréis mañana... No me mostréis ahora la preocupación que no tuvisteis... No beséis al niño al que ignorasteis. Ni al enfermo que obviasteis. Ni al anciano que arrinconasteis. Con esas cosas no se juega... Tampoco deambuléis, con amplia sonrisa, por las aceras que no pisasteis, ni entréis en los bares que no visitasteis, ni paséis por los barrios que olvidasteis...

Os lo ruego: evitad el odio hacia el otro... Dadme argumentos, que no insultos... Porque andamos hambrientos de lo primero y sobrados de lo segundo...

Os lo ruego: no veáis en mí un voto, sino al ser humano frágil, con sus miedos y temores, que soy...

Sé que os exijo mucho (o tal vez tan solo lo indispensable). Pero aun así insisto y os pido que vuestra mano esté tendida prioritariamente hacia el débil: hacia el que, en la soledad de un geriátrico, aguarda un final que no fue el imaginado; hacia el que no sabe cómo atender a un familiar con alzheimer y aguarda, como el coronel de García Márquez su paga, una ayuda a la dependencia, únicamente paliativa; hacia el que ha de trasladarse a Palma con su enfermedad a cuestas...

Noticias relacionadas

Abuso... Lo siento. Pero os pido que, independientemente de los resultados, seáis capaces de llegar a acuerdos, mirando no unas siglas, sino la sensatez que anide en las propuestas. Ahorradnos el espectáculo de vuestra visceralidad porque, simplemente, de eso ya estamos hasta los mismísimos. Sed ejemplares, aunque eso no esté de moda...

Os lo ruego: no me obsequiéis flores, bolis, chapas... Regaladme hechos o, cuando menos, intenciones rectas...

Y si alguna vez la nauseabunda disciplina de partido choca de lleno con vuestra conciencia, apostad por la conciencia y formulad un adiós que os reconciliará con vosotros mismos y con la sociedad a la que quisisteis defender...

Porque, tras una dictadura, nos merecíamos otra cosa... Nosotros andamos exentos de modelos, vosotros de respeto. El que no se regala, pero sí se conquista. Y no os engañéis, estamos por la labor...

El juego va a empezar...

Por eso, os lo ruego: saludadme hoy, pero también mañana. Y que, al hacerlo, pueda sentir en vuestra mano la reconfortante certeza de que, final y realmente, las cosas han cambiado, de que no todo fue en vano...