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El PSOE, Més y Podemos tienen todo el derecho y también la obligación de ponerse de acuerdo para gobernar las instituciones en que la suma de sus políticos electos les permite alcanzar una mayoría. Como es lógico, en el Consell no van a dejar que Tadeo sea investido presidente en minoría, aunque el PP fue el partido más votado, para que después sea imposible gobernar con una oposición mayoritaria.

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Sorprende que en las negociaciones por un pacto, los representantes de los tres partidos no tengan el más mínimo problema para ponerse de acuerdo en los programas. ¿Acaso no hay propuestas incompatibles? ¿Están de acuerdo en todo?. En cambio, Més y PSOE se enfrentan a cara de perro para ver quién se queda con la presidencia del Consell. Més per Menorca, con el apoyo de Biel Barceló, amenaza con impedir a Francina Armengol llegar a la presidencia del Govern, que tanto desea Pedro Sánchez. El PSOE de Vicenç Tur se resiste -¿hasta cuándo?- porque Susana Mora consiguió 1.348 votos más que Maite Salord. Més invoca al «equilibrio institucional», que se resume así: si el PSOE se queda con la presidencia del Govern, Podemos con la presidencia del Parlament, a Més le corresponden los consells de Menorca y Mallorca. En la isla mayor, el Consell es una institución secundaria, pero en Menorca es una especie de gobierno de la Isla, en cualquier caso es la primera institución. Si Més consigue su objetivo y Tur se conforma con su dedicación municipal, la izquierda econacionalista tendrá la presidencia del Consell y de los ayuntamientos de Maó y Ciutadella. A nivel insular, poco «equilibro institucional» se va a dar. Es casi seguro que Podemos se decantará por Més, que parece menos «casta» que el PSOE. Y además, si Podemos no quiere integrarse en el equipo de gobierno, los dos socios que ahora se pelean están condenados a entenderse. ¡Quin vermut!.