Este domingo votó Cataluña para elegir su Parlamento autonómico. En condiciones normales la expectación hubiera sido relativa, tal vez un poco más acentuada porque están las elecciones generales a la vuelta de la esquina. Sin embargo todos sabíamos que no era así. Los medios de comunicación volcados, declaraciones de primeros mandatarios, advertencias de empresarios y de bancos..., todo ello porque, desde la propia Generalitat, se plantearon estas votaciones como unas elecciones plebiscitarias en lugar de unos comicios autonómicos al uso. Ahora unos cuentan escaños y otros votos para justificar su posición. No se acapararían titulares de la prensa internacional -que también hace esa distinción en el recuento-, si no fuera precisamente por ese planteamiento como referéndum, que ha hecho que el independentismo se lleve por delante cualquier otro debate relativo a economía, empleo, inmigración, desahucios u otros problemas sociales que tiene dicho territorio y que han sido totalmente relegados, según el análisis de otro partido que ha salido decepcionado, Podemos.
Vía libre
Victoria sí, pero no
29/09/15 0:00
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