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En los gobiernos de cuotas siempre suceden estas cosas. En el primer Govern de Pacte, Francesc Antich descubrió, gracias a la lectura matinal de los periódicos, que contaba con un nuevo conseller en el Govern de la Comunidad Autónoma. Un conseller que, por supuesto, no había nombrado Antich.

En mayo de 2000 el PSM relevó a Joan Mayol al frente de la Conselleria de Agricultura del Govern al prosperar las maniobras orquestales en la oscuridad de Mateu Morro, hoy 'repescado' como asesor por el actual conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Vicenç Vidal.

A Francina Armengol le ocurrirá lo mismo el día que Més per Menorca formalice el relevo de Esperança Camps. Es una cuestión de tiempo. Pero los plazos de Més no coinciden con los del PSOE. La presidenta del Govern conoce los problemas de salud que han apartado a Joan Boned del Govern, lo que ha motivado la firma de un decreto que reasigna entre otros cuatro consellers las áreas que gestionaba el ibicenco. Armengol remodelará el Govern con la incorporación de Pilar Costa -cuota de Eivissa- a la conselleria de Presidència, y Marc Pons pasará a gestionar Ordenación del Territorio, Ports y el Ibavi.

El PSIB-PSOEquería hacer coincidir los cambios con el relevo de Esperança Camps, cuestionada dentro y fuera de la conselleria para evitar una remodelación en dos tiempos. Pero Més per Menorca se resiste, aguanta y activa -a pesar de Podemos y Més per Mallorca- la 'operación salvar al (soldado) Esperança' porque sus planes, no escritos, implican el relevo de Camps por Maite Salord -no Fina- en julio del próximo año, cuando Més traspasará la presidencia del Consell al PSOE (Susana Mora). Quedan otras opciones y alternativas. Por ejemplo, Jaume Gomila, del que habla maravillas el PSOE. ¿Y Miquel Angel Maria?