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La xylella fastidiosa es una bacteria, transmitida por insectos, con gran capacidad para dañar y destruir la vid, el olivo, el almendro, el ciruelo, el melocotón y el limonero así como árboles que no producen frutos, como el laurel. El adjetivo que la califica no está relacionado con el fastidio que provoca a las plantaciones, sino por la dificultad para ser aislada y cultivada en los laboratorios. Originaria del norte de California, donde se descubrió a finales del XIX, no existe hoy ningún antídoto que sea eficaz.

El Govern informó el 19 de enero que había detectado cuatro positivos en Mallorca. Al día siguiente, el Gobierno central aprobó un decreto en el que confirmaba once casos, con medidas para restringir la exportación de plantas de Balears; y el lunes 23 la Conselleria de Agricultura ya reconoció 92 positivos en Eivissa y Mallorca, lo que motivó la declaración de la plaga y la calificación de Balears como 'zona demarcada'.

Hoy se lleva a cabo la primera recogida de muestras en Menorca para averiguar si la fastidiosa xylella también se ha propagado a nuestra Isla. A pesar de haber recibido la orden ministerial de «prohibir el traslado de material de plantación fuera de las islas», el departamento que dirige el conseller Vicenç Vidal difundió un comunicado donde afirmó afirmó que la prohibición ordenada desde Madrid «tampoco afecta al tráfico y a la comercialización entre islas», lo que equivale a recibir árboles infectados desde Mallorca o Eivissa. Esta epidemia vegetal se ha incubado y extendido desde hace tiempo, lo que negó de forma reiterada la Conselleria, al admitir que solo afectaba a tres cerezos de Porto Cristo, pero al mismo tiempo comunicaba a plaga al Ministerio. En Mallorca ha arrasado 12.000 hectáreas de almendros. Esperemos que sea controlada y erradicada con éxito.