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¿Cómo están queridos lectores? Sigo deseando de forma sincera que lo mejor posible teniendo en cuenta la situación. Y no me cansaré de decirlo, quien no ejerce la empatía no merece la pena. No caigamos en la diarrea mental que tuvo un expresidente cuando dijo algo así como que una cosa era la solidaridad y otra cosa la solidaridad a cambio de nada. Ya sabemos que no le podemos pedir sentimientos a los insensibles, ni discreción en la ropa a los runners, la gran diferencia es que a los primeros hay que tenerlos lo más lejos posibles y a los segundos se les ha cogido cariño después de dos meses sin verlos.

Como ya hay mucho titulado en epidemiología y Ciencias Políticas gracias a la gran formación que les da Facebook y Whatsaap, y además suelen ser bastante bocazas porque no se callan ni debajo del agua -a ver si ahora que se podrá ir a playas y piscinas se sumergen un rato y disfrutamos del silencio- prefiero dedicar estas líneas a fijarnos en esos detalles de vital importancia que normalmente pasan desapercibidos.

Mi amigo Pitu, conocido por sus jefes como David, es un hombre ambivalente. Lo mismo me envía por correo el libro «Firmin» de Sam Savage y me deja ojiplático por la gran literatura que se ha bebido a chorros y que tozudamente se empeña en compartir conmigo en un intento para que, tras leer obras tan excelsas como el libro de Savage, reflexione un poquito y deje de enviar mis letras juntadas con poco tino cada semana «Es Diari»; como al día siguiente me invita a escribir sobre la necesidad de cambiar de forma urgente la letra de la canción de Sergio Dalma «Bailar pegados» que arranca de la siguiente manera: «Bailar de lejos no es bailar. Es como estar bailando solo. Tú bailando en tu volcán. Y a dos metros de ti bailando yo en el polo». No sé Sergio pero me parece que el único baile que nos dejará hacer Fernando Simón será ese, y no le va a gustar nada eso de «abrazadísimos los dos».

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Atención chorrazo de ñoñez sin filtro, esto es lo de vital importancia, para tirar adelante con todo solo hacen falta salud y buenos amigos, si falta lo uno o los otros la cosa se pone muy jodida. Así que ahora la gran paradoja es que para mantener la salud debemos estar a dos metros de los amigos, pero la distancia nunca fue buena para la amistad. Es difícil, pero no irresoluble, me muero por abrazar a los amigos, y por tomarnos unas cañas juntos, pero podré soportar el camino hasta que nos dejen movernos libremente por el país y algunos de ellos puedan acercar sus culos a Menorca, compartiendo un libro, un mensaje o un recuerdo. A los amiguitos de la Isla ya los voy viendo en petit comité y espero verlos pronto por las playas para recibir las imprescindibles dosis de vitamina D.

Así que ya ven, por un lado encuentro un freno sensato para dejar de escribir chorradas y por otro me calientan el pico para que no deje de hacerlo. Si quieren una crónica bella y sutil, sin renunciar a la reflexión, váyanse de cabeza a disfrutas de las viñetas que publica Oscar Montón en su cuenta de Instagram trankilament_t, es capaz de trasmitir con sus dibujos conceptos para los que yo necesito al menos 3500 caracteres. Si me fijo en el talento de los demás dejaría de teclear ahora mismo.

Sin embargo, viendo las cantidad de chorradas que sueltan los que añoran dictaduras y destilan odio por todos sus poros, me costaría una úlcera dejar de replicarles. Yo que sé, la duda nos humaniza y el lúpulo nos reconforta, es lo que hay. Feliz jueves de resistencia.