Sus peculiares problemas con Hacienda no los ha resuelto la figura del «ha prescrito» solamente o el recurso socorrido de la regulación, para algunos tan oportuna. Los problemas de sus desbarradas finanzas fuera de la fiscalidad patria, se los ha socorrido el hecho de que no todos seamos iguales ante la ley, en algunos casos, más distintos que el día y la noche. Podríamos muy bien pasar en ese punto por ser de planetas diferentes. Es el abismo que hay entre una testa coronada o formar parte de la gleba jornalera, aquellos que han nacido pobres viven pobres, y serán enterrados con el sudario de la miseria. A pesar de su pobreza, Hacienda les tiene interés, y si les puede sacar un euro, Dios nos libre de no aforarlo a las arcas públicas, porque le puede caer encima el pesado peso de la ley. Pobre del pobre que es pobre, a jornal y media manta, sin lograr juntar nunca unos mínimos caudales para llevar un año a la parienta unos días a una playa menorquina. Otros, por ser vos quien sois, no se les alcanza que con su comportamiento hubieran podido quebrar ni el más mínimo precepto de la dignidad y nobleza que determinado cargo público exige, parejo a la obligación de renunciar a lo que el cargo, por razón de su alta dignidad demanda. Hay cargos que no soportan ni la levedad de un comportamiento anárquico. Eso, debería saberlo el seleccionador de la Selección Española de Fútbol, eso lo sabe o por lo menos debería de saberlo el Presidente del Gobierno, todo y que sus exabruptos tienen que enfrentarse al severo fielato de las urnas, que a fin de cuentas, son las que en democracia dan o quitan poder.
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El peso de la corona
03/06/22 3:59
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