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Y tú, ¿qué opinas? ¿Los sueños se hacen o se cumplen? Nos acabamos de despertar después de la que dicen es la noche más mágica del año, a la vez que la más corta. Las leyendas, de las que existen casi tantas como individuos que las interpretan o que se las inventan, dicen que la noche de San Juan es ideal para pedir deseos que luego se irán cumpliendo más o menos rápido. En Ciutadella, viendo la resaca que es posible que haya ahora mismo, puede que tarden un poco más, pero nada serio. Recuerdo haber acudido a las ‘meigas’ en busca de su magia en algún momento de desesperación alguna noche de San Juan buscando que me echaran un cable con la muchacha que me hacía perder el tino, con las notas, con el fútbol y ahora no recuerdo cuántos temas más igual de trascendentales. Las brujas mágicas, que creo que me la tenían jurada del mismo modo que las brujas del día a día, solían ignorarme bastante algunas veces. Otras veces, en cambio, me ignoraban muchísimo. Total, que cumplía fielmente con el ritual de poner un deseo en el papel, quemarlo en una hoguera y saltarla para que al final todo quedara igual o peor. No desesperaba demasiado, siempre fui un adolescente con más tendencia a complicarle la vida a los otros que complicármela a mí mismo, y si las brujas no me hacían caso, ni las místicas ni las terrenales, cambiaba de bruja y listo. Hay algún momento en la vida en el que los amores eternos de para siempre duran, como mucho, una semana.

Pero crecí, y no sé si me hice mayor ni viejo, pero vi que el mundo iba de otra forma y que el camino más corto entre lo que deseas y lo que consigues es el que pasa por el esfuerzo, la constancia y el trabajo. Con las ‘meigas’, con el trabajo y con la gran mayoría de cosas. No te haces guapo de la noche a la mañana, aunque alguna noche como la pasada, si se descorcha suficiente gin amb llimonada, a uno le sube el guapo, el simpático y hasta la bilirrubina, si hace falta.

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Así que me puse a currar. Definiendo claro qué deseos tenía, cuáles quería cumplir y en qué orden. Ahora ya no hago rutinas místicas, trabajo de lunes a domingo y más o menos horas. A veces salgo a correr, voy al gimnasio y he encontrado a las mejores brujas que jamás habría imaginado. Y son de verdad, te lo aseguro, porque cada vez que sonríen me hipnotizan, caigo rendido y sin remedio y todos los días son mágicos.

Ahora ya no pido deseos, ahora los cumplo, aunque llevo un tiempo sin pedir nada en especial porque estoy muy bien con la vida y lo único que le pido a la vida es vida para vivirla y vida para que la vivan. Porque los deseos, si se me aparecen, los cumplo de lunes a domingo. Y, si hace falta, fiestas de guardar.

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