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Qué quieres que te diga… A mí, que el mes de agosto hubiese llegado hasta el día ciento y pico me parecía fantástico. Y más, si el testigo lo toman los tediosos días de viento y frío que sirven para muy poco. Dicen, que ayer era el black Friday y que todo estaba más barato en las tiendas invitando a comprar y a desembolsar por encima de nuestras capacidades, como si fuésemos a encontrar lo que nos falta. Creo que fue más Friday que black, la verdad.

El buen tiempo me ha regalado un otoño menos cansino de lo habitual. Estamos a un mes de que empiece el invierno y, por tanto, a cuatro aproximadamente de que arranque la primavera. No es que lleve mal el frío, es que odio el viento y me repatea la oscuridad que lo tiñe todo cuando apenas son las seis de la tarde.

Sé que, según el ciclo anual, ahora toca esto para que todo esté regulado, pero lo mismo podríamos quitar el otoño, pasar al invierno directamente y sin pisar la casilla del viento. Lo casi único que tiene bueno el otoño es que el clima invita a encerrarte en casa, enchufarte una sobredosis de series o de películas y contemplar como la vida pasa entre escena y escena mientras fuera el mundo ensaya un apocalipsis que siempre amenaza, pero nunca termina de llegar.

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La última moda ñoña de ponerle nombres a las tormentas y a las borrascas, no las hace ni más simpáticas ni menos pesadas. Que el viento te obligue a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa debe ser prescriptivamente negativo, no debe haber ningún médico, al menos los que no están tarados, que recomiende una rutina como esta. A nuestro cuerpo le hace falta luz solar y en esta época, además, le hace falta a nuestra salud mental.

El otoño es de dudosa simpatía, yo no sé por dónde cogerlo para que no me parezca peor incluso que una puñetera patada en el escroto a traición. Sí, Menorca se ve preciosa asediada por los temporales, pero a los que estamos aquí nos fastidia el reposo obligado. Tampoco me gustaría que estuviésemos a 30 grados, no es lo que toca, pero de un extremo a otro hay deliciosos puntos intermedios.

Solo me queda un mes de pataletas, lo mismo luego te escribo de cosas bonitas, pero ahora lo más black que vas a leer hoy soy yo y lo más Friday lo que sea que hiciste ayer.