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El motivo principal y nuclear de pedir la derogación de la Ley de Memoria Democrática es el de su incuestionable sectarismo, y lo que es aún más grave, el aprovechamiento de las víctimas para fines políticos, dividiendo a estas en dos categorías:

a) Víctimas inocentes, honestas y honradas, que lucharon por la libertad y la democracia. Las del Frente Popular.

b) Víctimas golpistas, fascistas y franquistas, que se alzaron contra la libertad y la democracia según la izquierda. Las del Bando Nacional.

Solo por estos dos motivos la ley merece ser derogada. Pero es que además, la nueva Ley de Memoria Democrática es una norma perversa y divisoria de la sociedad española, que a la muerte del dictador opto por pasar página y apostó por la reconciliación, de todos y entre todos, para juntos caminar como un sólo pueblo. Es lo que llamamos espíritu de la Transición.

Iglesia de Santa María de Mahón, destruida durante la Guerra Civil por miembros del Frente Popular

Así las cosas, denunciar que:

1. La Ley de Memoria Histórica, aprobada por el expresidente Zapatero, es sustituida por la Ley de Memoria Democrática que los separatistas y los bilduetarras han dictado a Pedro Sánchez tiene como consecuencia convertir la norma en una ley al servicio de los asesinos de ETA, y el blanqueamiento de los crímenes cometidos por el Frente Popular. Sectarismo duro y puro

2. La nueva Ley de Memoria Democrática prevé la persecución de la libertad de expresión de sólo ciertas ideas y pensamientos de ciertas ideologías. Reiterar una vez más que la historia se basa en hechos y que la interpretación de estos hechos debe ser racional, razonada, libre. Nunca impuesta por ley. Sectarismo duro y puro.

3. Con la nueva Ley de Memoria Democracia la Fundación Francisco Franco queda derogada. Nada se dice de la Fundación del «guerracivilista y golpista» Largo Caballero. Sectarismo duro y puro.

4. Es oportuno recordar que Francisco Largo Caballero era conocido por el sobrenombre del «Lenin Español» y por las matanzas que se registraron bajo su mandato. Él quería «un soviet español», tal como podemos comprobar en los archivos de la época, llegando a afirmar que: «Si los socialistas son derrotados –se refiere a las elecciones-, irán a la guerra». Para él calles, estatuas y reconocimiento; para los del Bando Nacional, odio, olvido y desprecio. Sectarismo duro y puro.

5. Con la nueva ley, Franco y todas los que lucharon en el Bando Nacional son considerados unos golpistas criminales; mientras que Largo Caballero, Negrín, Santiago Carrillo, La Pasionaria, Lluís Companys…, son considerados héroes que lucharon por la democracia y la libertad. Sectarismo duro y puro.

6. La nueva ley es una mentira en sí misma. Se basa en falsear la historia, reescribirla y ponerla al servicio de los partidos de izquierdas. Nada importan las víctimas. Lo que importa es el frentismo y volver a las dos Españas. Se dice reconocer y proteger a las víctimas de la Guerra Civil, pero la realidad es que sólo se aplican a las víctimas de un bando, el del Frente Popular y no así al Nacional. Sectarismo duro y puro.

7. Las tres notas definitorias de la nueva ley de Memoria Democrática las podemos resumir en:

a) Perseguir la apología del franquismo «que se ensalce el golpe de Estado y la dictadura o se enaltezca a sus dirigentes, con menosprecio y humillación de la dignidad de las víctimas del golpe de Estado, de la guerra o del franquismo». Nada dice la ley de la apología del Frente Popular y sus dirigentes. Sectarismo duro y puro.

b) Poner cuantos recursos públicos hagan falta para impulsar la investigación de los crímenes del franquismo; no así los crímenes del Frente Popular. Menorca es un ejemplo vivo de ello. Sectarismo duro y puro.

c) Culminar la retirada de símbolos franquistas en lugares públicos, incorporando un régimen sancionador. No hace lo propio con la simbología, monumentos, estatuas y calles dedicadas a personajes siniestros de la II República. Sectarismo duro y puro.

Reconozco que si algo de positivo ha tenido la ley, es que ha permitido comprobar cómo sólo en Madrid más del 60% de las 322 fosas de la Guerra Civil tienen víctimas de la represión ejercida por el Frente Popular. Es lo que se desprende del estudio encargado por el mismísimo Ministerio de la Presidencia y Memoria Democrática. La conclusión de dicho estudio ha sido: «Se ha detectado más violencia por parte del Frente Popular – teóricos defensores de la República-, en las fosas objeto del estudio donde la mayor parte de los allí localizados pertenecen al Bando Nacional».

A pesar de ello sigo manteniendo que la Ley de Memoria Histórica y Democrática debe ser derogada, sin menoscabo de continuar los trabajos de localización de fosas de fallecidos antes, durante y después de la Guerra Civil; eso sí, sin establecer categorías de muertos en función del bando al que pertenecían.

Para finalizar reproduzco, en cuatro apartados, parte del magnífico artículo –carta-, publicado en el diario «Menorca» el día 16 de abril del 2024, firmado por Isabel Rodríguez Anglada, vicepresidenta de la Asociación Menorca Historia y Concordia, de la cual tengo el honor de ser uno de los socios fundadores. Entre otras cosas dice y escribe:

a) «Por lo que hace a Menorca seis años de vigencia de la norma no han bastado para rendir homenaje ni reconocimiento a las muchas personas que fueron víctimas de matanzas colectivas, y a las decenas de civiles y sacerdotes asesinados sin motivo ni juicio». Más adelante añade.

b) «Quienes tenían el deber de paliar la ley de forma imparcial, esos es, sin prioridades, han cometido errores de bulto como el de la retirada de la lapida al ex alcalde Giner en Es Castell o peores o más graves dislates como dar condición de víctima y homenajear a personas que lideraros la represión y las matanzas en una isla en la que no hubo frente de combate». En otro punto añade

c) «Ninguna mención a la persecución de católicos ni a la barbará destrucción del patrimonio artístico de las iglesias de las isla que fueron literalmente profanadas y expoliadas en todo este tiempo».

d) «Va, esa omisión, contra el propio texto de la ley para la que ahora se ha propuesto la derogación por qué no se aplica democráticamente y su ejercicio resulta parcialmente y adrede desmemoriado cuando tanto empeño se pone en la imposición de un relato único con olvido manifiesto, lo que equivale a un desprecio, de la mitad de las víctimas, delegadas a segunda categoría».

No tengo nada que añadir. Me sumo sin reserva a lo dicho por Isabel Rodríguez; de ahí que me posicione a favor de derogar de La Ley de Memoria Democrática, tanto a nivel nacional como la propia de las Islas Baleares, por ser ambas sectarias y antidemocráticas; tanto en su contenido como en su aplicación.