Decenas de personas acuden al hotel Seth Port Ciutadella en busca de mobiliario que será renovado | Isaac Pons de Rosa

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Sin clientes desde el domingo, el hotel Seth Port Ciutadella inició este lunes su particular operación renove, que culminará en marzo, de cara a su reapertura, el 1 de abril. En este contexto, la dirección del establecimiento decidió regalar parte del mobiliario a todo aquel interesado, para contribuir en la reutilización de muebles y objetos en buen estado.

Este es el compromiso que expresaba ayer la directora del complejo turístico, Jero Allés, quien señaló que, como parte de «nuestra responsabilidad social corporativa, pensamos que es positivo que podamos dar una segunda vida» a estos elementos. «Son muebles de 94 habitaciones, cambiamos las camas, que serán elevables, sustituimos las bañeras por platos de ducha para ahorrar agua, y también hay muebles del hall, del bar y de decoración de terraza de la piscina y de la otra exterior», es decir, sillas y mesas.

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El hotel, que según Allés «cambiará su estética y estilo, con colores renovados y una imagen más minimalista», compartió en redes sociales que dejaría a las puertas del hotel todo aquello que fueran retirando, y citó a los interesados para pasar a retirar lo que pudiera serles útil. Aunque «antes, hemos dado prioridad a Caritas y a la Fundació de Discapacitats», que han concretado varios enseres.

Las butacas, para Caritas

Muchos esperaban a media mañana que el personal del hotel fuera sacando muebles. «A mí me interesaban unas butacas, pero me han dicho que se las llevaba Caritas, y al final me llevo un escritorio, que voy a restaurar», decía Juana Mari Coll. «Yo necesito un escritorio y estoy esperando, por si sacan un sofá o sillón», añadía Heike Schmidt, quien opinaba que «es una idea muy buena que regalen lo que no van a utilizar, es una oportunidad para reciclar y para ayudar a mucha gente que no puede permitirse comprar muebles».

En la misma línea, Margarita Moll, interesada en «dos butacas y unas sillas para terraza», también valoraba la acción del hotel, y María Villalonga, que buscaba un colchón, entendía como positivo que «Caritas también pueda aprovecharlo; así podrán vender los muebles y sacar fondos para sus actividades».