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La Semana Santa es la semana de las cofradías, hermandades y costaleros en torno a sus pasos procesionales. Algunos de esos pasos son en sí mismos magníficas obras de arte de los imagineros españoles.
En esta ocasión, me ceñiré en torno a las cofradías y a los costaleros.

El diccionario dice de la cofradía: F. Congregación o Hermandad que forman algunos devotos con autorización competente para ejercitarse en obras de caridad. Asociación devota de personas para un fin religioso. Gremio, compañía o unión de gentes para un fin determinado. Muchedumbre de gente.

De la hermandad dice: Cofradía, congregación de devotos.

Allá por el año 1568, ya encontramos documentadas muchas cofradías sevillanas. Conviene decir, que hay cofradías y hermandades sin ningún nexo de unión con las procesiones religiosas: Cofradías de pescadores, Cofradías gastronómicas, Hermandad de Excombatientes, Hermandad de Donantes de Sangre, por ponerles solo cuatro ejemplos.

Los costaleros: el hoy convulso mundo del costal, parece que tenga divididos a los andaluces especialmente en algunas de sus provincias, entre los que no ven bien que haya mujeres costaleras y los que sí lo ven bien. Pasa lo mismo con el tema de los Hermanos Mayores, máximo rango que se ostenta en una hermandad, pues son contadas las Hermandades de Semana Santa, donde hay Hermanas Mayores, cosa que cambia por completo si nos estuviésemos refiriendo a Hermandades de Santos, Santas o Vírgenes que procesionan a lo largo del año.

Volviendo a los costaleros, llama la atención la evolución por cuanto hace unos años, algunas hermandades, tenían que contratar costaleros pagándolos normalmente de poblaciones vecinas. Solían ser personas que trabajaban descargando en muelles o personas acostumbradas a trabajos de fuerza. Hoy suelen ser de la misma cofradía, y además, normalmente, suelen pagar para mantenimiento de los gastos de la misma. Esto en cuanto a Sevilla. En otras zonas de Andalucía lo de los costaleros es diferente a como se entiende este apartado de la Semana Santa en Sevilla. Una curiosidad sevillana, es que al costalero, se le mide su altura a partir de la séptima vértebra cervical. De manera que para entrar de costalero, en según que pasos sevillanos, debe antes haber quedado libre un puesto, y que el aspirante, se ajuste en su altura por este sistema de medición, cosa que para nada es así, por ejemplo, en Málaga. Pero en Sevilla, y en determinados pasos, se lleva a rajatabla. Otra circunstancia que en Sevilla no pasa de ser testimonial, muy diferente de otras poblaciones andaluzas, es lo de las costaleras. Parece que ninguna cuadrilla de costaleras, lleva un paso en Sevilla.

Sin embargo, en Córdoba sí y creo que en Jaén también. En Córdoba sí sé, que hay alguna cuadrilla de mujeres costaleras. Y tampoco por eso es extraño encontrar en la Andalucía procesional de Semana Santa los pasos mixtos, con costaleros y costaleras. En ese aspecto, en Sevilla se da una controversia bastante generalizada, no acabando de aceptar a la mujer costalera. El mundo del costal sigue siendo genuinamente de hombres. Incluso como es un tema que no les gusta demasiado a los sevillanos por la discusiones que genera, no resulta fácil mantener con alguna cofradía, una conversación sobre este punto, evidenciando lo que les decía antes, que las costaleras por un amplio sector de la sociedad sevillana no están bien vistas. Nos referimos a la Semana Santa.

La verdad es que la tradición del costal es muchos años centenaria, y los pasos, sobre todo los pasos grandes y de muchos kilos, siempre han sido sacados por costaleros. Parece que lo de las costaleras sea algo bastante nuevo. Salvadas sean todas las distancias, me viene a la memoria la que se organizó cuando una mujer dijo que ella también quería pescar con su barca en la Albufera de Valencia. Opiniones las hay para todos los gustos, me decía un costalero que un equipo de futbol será masculino o femenino, pero nunca mixto. En fin, son las cosas de la igualdad, que tampoco paran quietas en las procesiones de Semana Santa.