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Dos de los grandes pilares sobre los que se asienta la injusticia son la ignorancia y la inacción. No en vano Clara Rey apuntó que, sobre la primera, se sustentaba el poder. Años antes, Martin Luther King Jr. había advertido (de) que «ignorar el mal es (era) convertirse en cómplice de él». Alguien (desconoces la autoría) remató faena: «la ignorancia es una manera de matar sin mancharse las manos». Tarde o temprano, el conocimiento, como la conciencia, acaba por    llamar a la puerta... El Poder no se inquieta, entonces,    al haber hecho interiorizar a sus ciudadanos de cartón piedra la respuesta que han de dar a esa llamada: «¿Y qué puedo hacer yo para combatir la injusticia? Nada.» Edmund Burk (el autor de la frase «lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada»), no deja de fracasar…

DOMINGO 12. Doña Rosa (que no se llama doña Rosa) acude a su cita semanal de descafeinado y amigas/tertulianas varias. Quien dice doña Rosa dice don Paquito. El cónclave se celebra en el bar de siempre, en la mesa de siempre, con los ritos de siempre: hojear «Es Diari» y acabar relamiéndose con un conocido semanario. En esa melancólica amanecida de un doce de febrero doña Rosa pierde su feliz ignorancia. Se topa con un ladillo y un titular incómodos: «La pobreza en España se ceba con la infancia (…) Un 10,8 por ciento de la población padece privación social o material severa». Molesta, aparta el ejemplar del MENORCA mientras espeta un «aquests diaris només saben dur males notícies». Sus adláteres asienten cariacontecidas... Doña Rosa, en tal tesitura, también siempre, opta por drogarse en público, sin pudor, dándose un chute en vena... Su «tuche» es    diseccionar prontamente las páginas de un semanario... Y se va tranquilizando: Harry fue desvirgado por una mujer llamada… ¡Qué gorda está la Belén! ¿Y qué hay de lo de Piqué y la Clara?

El mundo recobra su equilibrio y alguien, en alguna parte, se frota las manos…

AYER, HOY, MAÑANA… Como ayer, como hoy, como probablemente mañana, Doña Rosa (o don Paquito) seguirán, en su bar, evitando las bellísimas viñetas dominicales de «El económico». Como la del 12: «Matar de fam també es genocidi». U obviarán el rigor de un jurista y escritor… O el aterrador informe de «Manos Unidas» («Los beneficios de la globalización han marcado un panorama profundamente desigual, enriqueciendo de manera exorbitada a una parte pequeña de la población, mientras cientos de millones de personas siguen siendo extremadamente pobres. Así, el 1% más rico acumula casi el 50 % de toda la riqueza global») o…

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Pero si, por una de esas extrañas cosas de la vida, doña Rosa accediera un día de estos a esos datos y por una de esas aún más extrañas cosas se dejara afectar por ellos, doña Rosa lo tendría fácil. Bastaría con el remedio del poder: «Jo no hi puc fer res». Y le valdría, hasta que ese dato tuviera nombre propio y fuera el de su nieto...

2019. Guiados por un aserto indio («la Tierra no es una herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos»), el 22 de abril de 2019 se celebró el día Internacional de la Madre Tierra… Gracias a ese evento y a muchos anteriores aprendisteis el significado de las tres «R» y comenzasteis a reciclar, a promover energías renovables, a… Y hubo un día en que auténticas feministas dieron su vida por los derechos de la mujer... Y hubo un día en que... ¿Cuál es el suyo? Y todo ello porque hubo un día en el que muchos se convencieron, y con razón, de que algo SÍ se podía hacer... Algún día, un vecino ignorado de tu calle, sumado a otros, de otras calles, derrumbará un «corredor de la muerte»…

Pero nunca estuvo allí, ni está, ni estará doña Rosa…

Aferrada no a las tres «R» sino a sus    tres «I» (ignorancia,    inacción e indecencia), doña Rosa, como metáfora angustiosa de gran parte del mundo, ha preferido, a la postre y permanentemente asedarse, desde su zona de confort, con el divorcio de una cantante o con la imagen del culo de un futbolista…